lunes, 19 de diciembre de 2016

Casa Asia Film Festival 2016


Del 4 al 13 de noviembre se celebró en Barcelona la cuarta edición del Casa Asia Film Festival, que nos volvió a traer una serie de películas, en su mayoría, difíciles de ver en nuestras pantallas. Éste año, además, tuve el honor de ser jurado de la sección Panorama, siendo ésta una experiencia muy gratificante. En este post reseñaré las cinco películas que me han parecido lo mejor del festival, todas ellas muy interesantes y variadas, pero antes el palmarés de la Sección Oficial a concurso y la Sección Panorama:

-Sección oficial (Briccio Santos, Cho Young-jung, Haris Sulong, Turku Mona Riza, Jevons Au y Mike Hostench)

Mejor película: Mina Walking (Afganistán, 2015)
Mejor director: Bahram Ark por Coldness (Irán, 2015)
Mejor guión: Kiyoshi Kurosawa y Takashi Ujita por Journey to the Shore (Japón, 2015)
Mejor fotografía: Guo Daming por Paths of the Shoul (China, 2015)

Sección Panorama (Àlex Murrull, David Blanco, Elena Neira, Sherman Ong y John Prskalo)

Mejor película: The Throne (Corea del Sur, 2014)
Mejor director: Ariel Kleiman por Partisan (Australia, 2015)
Mejor guión: Pourya Azarbayjani por Tajrish… An Unfinished Story (Irán, 2015)
Mención especial: Zhol (Kazajistán, 2014)



En el quinto puesto encontramos a Partisan, original propuesta llegada desde la antípodas que nos cuenta la historia de un niño a simple vista como los demás, pero que en realidad es un asesino entrenado por su padre, interpretado de manera sobria por Vincent Cassel. Rodeado de una familia “perfecta” en un lugar paradisíaco, cuando el niño comienza a tener dudas todo empieza a tambalearse desvelando una frágil estructura en ese lugar ideal. Ell principal problema de la película llega aproximadamente a mitad del metraje, cuando empieza a repetirse y da la sensación de no saber lconservar la originalidad. Aúnque siendo positivo, tanto las interpretaciones como el buen hacer tras la cámara de Ariel Kleiman, quién gano con justicia el premio a Mejor Director de la Sección Panorama lo mantienen todo dentro de unos buenos parámetros.

Desde Corea del Sur llegaba The Throne al cuarto puesto, y que a la postre fue ganadora del premio a Mejor Película de la Sección Panorama. Planteada  como una tragedia, nos cuenta la historia de un rey al que su hijo decepciona constantemente, al no aprender las enseñanzas confucionistas y dedicarse a beber y divertirse. Una noche, al intentar asesinar a su padre, éste le encierra en una gran caja de arroz hasta el día de su muerte. Narrada con numerosos flashbacks, y con las relaciones como hilo de fondo, nos muestra la vanidad humana y la debilidad inherente a nuestra condición. Un padre que desprecia a su hijo por no ser capaz de convertirse en el heredero que desea, y un hijo que odia a su padre, del que solo quería su amor y no consiguiendo más que repulsa. Song Kang-ho está, como es habitual, estupendo en su papel, al que acompaña una gran fotografía.

La tercera propuesta en el ranking es Beautiful 2016, en realidad cuatro cortometrajes reunidos para el festival internacional de cine de Hong Kong, conserva el rasgo principal de las antologías, la irregularidad.

En la primera historia, Somewhere in Kamakura, un Hideo Nakata de capa caída nos habla de una historia de amor juvenil que vuelve en la vejez por medio de una carta. No es  de lo peor del director en los últimos años, pero tampoco aporta nada nuevo.

La segunda historia, Dama Wang Who Lives on Happiness Avenue, dirigida por el taiwanés Alec Su, está narrada desde el punto de vista documental y sigue a una mujer china de mediana edad y viuda con su rutina habitual y ese tono entre kitsch y decadente de la China contemporánea. Curiosa pero insuficiente.
Ya en  la tercera historia, One Day in Our Lives of …, nos encontramos con más calidad aunque no exenta de cierta autocomplacencia. Dirigida por el reconocido, Stankley Kwan, su buen hacer, el dibujo de personajes, la nostalgia hacia unos tiempos que no volverán a Hong Kong, y los homenajes consiguen hacernos olvidar  los puntos flacos.

Y para el final lo mejor con The Hedonists, de Jia Zhangke, uno de los directores chinos actuales más famosos fuera de sus fronteras,  que aprovecha de nuevo para golpear esa China de rápido desarrollo y corta memoria, con un humor muy adecuado para la ocasión, a través de la historia de tres amigos que son despedidos a la vez de su trabajo y tras varias entrevistas conjuntas acaban en un parque temático que recrea la China imperial.

La medalla de plata corresponde a otra propuesta coreana, Assassination, o Asesinos en su edición en formato doméstico en España. Suele ser extraño que películas de una temática similar o ambientadas en la misma época consigan parecernos interesantes o más que interesantes. Eso es lo que ha sucedido reciéntemente en Corea con The Handmaiden (La doncella), The Age of Shadows o ésta misma Assassination, todas ellas ambientadas en la Corea ocupada por Japón, si bien no todas lo utilizan como clave del relato o de la misma manera. En esta ocasión un grupo de independentistas coreanos se verán inmersos en un entramado de traiciones y dobles identidades en su camino hacia el asesinato de uno de los altos cargos japoneses destinados en la península coreana. Contra todo pronóstico la película funciona muy bien y con un gran dinamismo, se convierte en la mejor película de Choi Dong-hoon hasta la fecha

Y como mejor película del festival teníamos otra antología, en este caso procedente de la ciudad-estado de Singapur que en 2015 celebró los 50 años de su creación como nación. Por ello se puso en marcha este proyecto dirigido por los realizadores más reconocidos del país. 7 Letters explora la identidad nacional entre la nostalgia de las tradiciones del pasado, la modernización a marchas forzadas y el trauma que subyace, en cierto manera, de la separación de Malasia.

El encargado de abrir la película es Eric Khoo, que con Cinema y a partir de la mirada de un anciano exproductor de cine nos devuelve a los años 50, tiempo de unidad que se refleja en los miembros del equipo técnico, artístico y de producción cuando vuelven a reunirse décadas después. Una mirada que vira de la melancolía a la alegría y en la que chinos, indios y malayos trabajan codo con codo.

En The Girl, dirigido por Jack Neo, nos adentramos en el terreno del amor juvenil destinado a romperse, y que aprovecha para mostrar las diferencias lingüísticas entre los grupos de chinos singapurenses y su incapacidad de entenderse.

K. Rajogopal nos muestra en The Flame, el conflicto entre una familia de origen indio cuando en la víspera de la retirada británica de Singapur reciben la ciudadanía de ese país. Mientras el padre aboga por irse, el hijo y la esposa embarazada de éste se niegan ya que están en su hogar. Una historia de autoafirmación nacional y de rechazo al colonialismo.

Royston Tan ofrece en Bunga Sayang y en modo de comedia la relación que se crea entre un niño chino y su vecina malaya cuando él tiene que utilizar la ducha de ella al tener el agua cortada. Amable, sensible y entrañable, a pesar de no entenderse por las diferencias idiomáticas, una canción les hará crear un vínculo perdurable.

El mejor de los fragmentos, Pinneaple Town, hace referencia a la pequeña ciudad malasia de Pekan Nanas. Una mujer busca a la madre biológica de su hija recién adoptada, cruzando la frontera entre dos países que una vez fueron uno, sin poder conseguirlo. La escena del restaurante de carretera es  dura y a la vez cálida, estando resuelta de manera magistral por Tan Pin Pin en su primera aproximación a una obra de ficción.

En Parting, de Boo Junfeng, un anciano malayo regresa a Singapur en busca de su primer amor y acaba volviendo a la estación de tren Tanjong Pagar, testigo de su separación, que verá recreada en un rodaje que tiene lugar allí mismo en un ejercicio de metacine. De nuevo la separación, uno de los ejes de la película, deja un poso amargo.

Grandma Positioning System (GPS), de Kelvin Tong, se centra en una familia que, de nuevo, tiene que pasar la frontera para rendir homenaje al patriarca, enterrado en Malasia. Tres generaciones en conflicto; la abuela enseñando el camino hasta la nueva casa al espíritu del esposo,  su hijo solo preocupado por los negocios, o la nieta por divertirse con sus amigos. Emotiva y divertida, un broche de oro para una de las películas de episodios más equilibrada que he visto en los últimos tiempos.

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