Continuo con las crónicas de Sitges 2016 con la segunda crónica dedicada al cine asiático visto en el festival:
De Malasia, un país no muy prolífico en el certamen, nos llegó Interchange, una historia de asesinatos rituales bastante localista. Ambientada en una Kuala Lumpur alejada de la imagen más glamurosa con estética importada de tantos y tantos thriller anteriores su trama confusa, tanto a causa de las diferencias culturales no muy bien explicadas, como de un manejo confuso de la cámara le restan muchos enteros. La "aparición" del hombre pájaro y el final acaban por lastrar una propuesta no falta de interés pero fallida.
Y de psicópata a psicópata. De Interchange a Psycho Raman. De Malasia a la India. Anurag Kashyap, quién ya tuvo su díptico Gangs of Wasseypur en Sitges, volvía con una adaptación peculiar de la vida de Raman Raghav, un asesino en serie que atemorizó Bombay (o Mumbai) en los años 60. Como explicó el propio director, ante la imposibilidad de hacer una película ambientada en aquella época decidió trasladar la historia a la actualidad y confrontar al psicópata protagonista con un policía de metodos no muy ortodoxos, amén de esnifar cocaina sin freno. Con un prólogo en el que nos presenta el origen de los crímines y de paso presentar a los personajes, Kashyap pasa a un desarrollo algo lento pero no exento de tensión. Alternando el protagonismo de ambos personajes, con una primeraparte de claro predominio por parte del asesino y una segunda por el policía, la recta final y el "reencuentro" de ambos acabará haciendo encajar las piezas correctamente.
Johnnie To es un clásico del festival desde hace ya muchos años, y en el que hemos podido ver el grueso de su filmografía, ya sea mediante estrenos o retrospectivas, como la que se le dedicó en el año 2005. Ahora nos llegaba su último trabajo, Three, un thriller algo diferente a sus clásicos pero con mucha garra y personalidad. Antes de la proyección se proyectó The Weaving of a Dream: Johnnie To's Vision and Craft, un documental / making-of dirigido por Ferris Lin, autor del fantástico Boundless, aproximación al director hongkonés y que tuvimos la fortuna de ver en las Nits de Cinema Oriental del pasado 2015. En este documental lo que vemos es el proceso creativo de Three, tanto a nivel de guión como de realización y si bien es interesante y didáctido dudo que lo adecuado fuera proyectarlo antes de la película. En todo caso y ciñéndonos a la película, todo transcurre entre las paredes de un hospital. Un delicuente ha sido trasladado tras un tiroteo entre la policía y su banda mientras el agente que le custodia (junto con su equipo) deberá hacer frente a una doctora de grandes convicciones morales mientras intenta averiguar dónde se esconden los demás miembros de la banda. Como es habitual en el cine de To las miradas y la puesta en escena nos transportan dentro de la pantalla. Desde luego no es de las mejores del cineasta hongkonés pero si está por encima de la media de las producciones actuales de su ciudad de origen.
El cine coreano basado en la actualidad nos suele traer críticas sobre la corrupción, las grandes multinacionales, la situación laboral, etc. etc... dentro de thrillers o dramas principalmente. The Tunnel no iba a ser menos y aunque en general es una película de catástrofes en la que un terremoto atrapa a un hombre dentro de un tunel, aprovecha para hacer una crítica contra las construcciones de escasa calidad, la poca empatía de parte de la población y el aprovechamiento de los políticos. Desde luego la profundidad de su crítica no es enorme y el grueso es el drama humano y los (muy buenos) efectos que consigue. Una película para pasar un buen rato pero de no mucho recorrido por la memoria del cinéfilo.
A raíz de Merantau y, especialmente, por las dos entregas de The Raid, ko Uwais se ha convertido en uno de los actores de cine de acción más cotizados en Indonesia y en Asia. En esta ocasión cambia a Gareth Evans por los Mo Brothers y se aleja de la obra de éste, aunque conservando los rasgos del cine de acción. Uwais en esta cinta es el integrante de una banda criminal que ha perdido la memoria lo que provoca que su antigua banda lo busque para ajustar cuentas. Con la ayuda de una bella doctora intenta sobrevivir pero la confrontación resultará inevitable. Como ya había apuntado ni la trama ni la acción tienen nada que ver con The Raid a pesar de que algún espectador le sacará el parecido (por eso de estar Uwais en medio). A pesar de su guión muy justito, la acción espectacular y el saber estar de sus intérpretes consiguen un producto de acción muy digno. Y hoy en día escasean.
¿Qué podía salir mal al combinar dos iconos del cine de terror japonés contemporáneo como Sako y Kayako? Pues muchas cosas, sí. Y eso es lo que corroborámos al salir de la proyección. Obviando el hecho de que tan solo en la recta final asistimos a una descafeinada confrontación entre las dos fantasmas el resto de la cinta no es que nos ofrezca ni terror ni diversión, tan sólo un par de escenas cómicas aceptables y ya está. Pasándose un poco la mitología por dónde les apetece, Sadako vs Kayako no funciona y queda tan sólo como un recordatorio de que el tiempo pasado fue mejor. Quizás realizada en la época de mayor popularidad del género y con alguien más competente a los mandos hubiera funcionado. Quién sabe.
En la época de los mockumentaries o falsos documentales en los en que prácticamente todos los países han aportado su granito de arena no podía faltar un producto indio con ésta premisa. Un equipo de grabación se encuentra realizando un documental sobre un conductor de rickshaw, pero a medida que va conociendo al tipo se va dando cuenta de que algo va mal y se verán metidos en una espiral de locura. Realizada con muy poco presupuesto lo más positivo que podemos decir de Autohead es que se aparta de los falsos documentales al uso y si bien utiliza sus mismas armas, esta separación consigue dotarlo de personalidad y salir airosa con respecto a otras propuestas basadas en el susto fácil o en los giros imposibles de guión. Eso y tener a un Deepak Sampat extraordinario en su papel.
La última película asiática que vi en Sitges, The Mermaid, pasó por ser la más divertida, lo que no era algo difícil sabiendo que Stephen Chow estaba detrás de ella. Película que además tiene el honor de haberse convertido en la más taquillera de la historia de China. Fantasiosa, romántica y sobre todo muy loca, lógico por otra parte, tiene alguno de los momentos más descacharrántes vividos en el festival, como por ejemplo el prólogo o el momento del retrato robot de la sirena por parte de la policía. Un auténtico disfrute que nos transportaba a tiempos pasados. Eso sí, no apto para todos los paladares y en especial a los reacios al mo lei tau, aquí trasladado a la China continental. Y como colofón, el homenaje a la banda sonora de Fist of Fury / Furia oriental que aquí también ejerce como tema principal.