domingo, 3 de noviembre de 2019

Crónica Festival Nits de Cinema Oriental 2019 2ª parte



El sábado por la noche terminó con Junglee, producción india a mayor gloria de los pectorales de Vidyut Jammwal y dirigida por el estadounidense Chuck Russell, muy conocido en los ochenta y noventa por dirigir películas como Pesadilla en Elm Street 3 o La Máscara. En esta ocasión el director nos ofrece su veteranía pero el resultado final dista de tener ni un atisbo de personalidad y se limita a ser una funcional historia de acción con tintes ecologistas y animalistas ¿Entretiene? sí, sin duda, pero no ofrece absolutamente nada nuevo ni perdurable.

El domingo empezó con una maratón y la primera que se proyectó fue Saint Young Men, basado en el manga Las vacaciones de Jesús y Buda, que imagina como serían las vidas de estos dos personajes si vivieran en la Tierra y compartieran piso en el Japón actual. Compuesta por una sucesión de escenas inconexas el resultado final, más allá de un par de ellas, se antoja aburrido, pesado y bastante irritante a veces con un humor con el que personalmente no conecto y cada vez menos. Sin duda la peor película del festival este año.

A la siguiente película del maratón no asistí puesto que preferí ir a comer y centrarme en la esperada Golden Job. Y  acerté puesto que es un regreso a los viejos tiempos del cine de acción de Hong Kong y a esas coreografías espectaculares de acción con un reparto repleto de grandes figuras como Ekin Cheng, Jordan Chan, Chin Ka-Lok, Eric Tsang o Yasuaki Kurata entre otros. Un grupo de amigos mercenarios deciden participar en un último golpe y robar un cargamento de medicamentos para ayudar a niños refugiados pero las cosas no saldrán como estaban previstas y la traición de uno de ellos cambiará su destino. Con esta premisa nos encontramos ante lo que es una habitual cinta de camaradería, amistad más cercana a sentimientos familiares y venganza. Y pensaremos ¿pero esto no se ha hecho antes? pues sí, y muchas veces, pero he aquí la diferencia entre una buena y una mala película. Cuando se hace bien incluso una historia mil veces contada puede sorprenderte o al menos transportarte a una manera de hacer cine y disfrutar de ello. Mención aparte toda la parte final con un espectacular asalto al castillo de los villanos.

Y para terminar tocaba el binomio Vicsudon/Tetsudon. En esta ocasión el concurso del festival para hacer cortos al estilo cutre de Tetsudon con Vic como telón de fondo fue bastante más flojo que el año pasado, aunque nos encontramos alguno divertido, sin duda. Pero comparados con el propio Tetsudon me parece que eran hasta buenos. Lamentándolo mucho debo decir que lo de Tetsudon como broma puede estar bien un rato pero no da más de sí y realmente aguantar los 75 minutos que dura debería ser merecedor de un premio o un diploma al menos.

Para terminar recordamos los premios de este año que fueron especialmente para la película indía Andhadhun, que consiguió los premios del Jurado (ex aequo con la china Spring Sparrow), el Gat de la Sort (del público) y de la la Crítica. Por desgracia no pude ver ninguna de las dos propuestas, pero apuntadas quedan en la agenda.

Y con esto nos despedimos hasta el Festival Nits del año que viene, que seguro volverá a ser un acontecimiento tan especial como lleva siendo ya casi dos décadas (como pasa el tiempo) ¡Larga vida al Festival Nits!

viernes, 1 de noviembre de 2019

Crónica Festival Nits de Cinema Oriental 2019 1ª parte



De nuevo, y como es habitual y placentero, tuve el honor de asistir al Festival Nits de cinema oriental en su ya decimosexta edición. Por desgracia y otro año más tan solo pude asistir el fin de semana, concretamente desde el viernes por la noche ya que compromisos laborales hicieron que se retrasara mi habitual llegada del viernes por la tarde. Aún así pude disfrutar tanto de las proyecciones como de la compañia de amigos y conocidos o de de la habitual amabilidad y generosidad de la organización.

Comencé mi festival con la sesión homenaje al tristemente desaparecido Ringo Lam con una versión restaurada de su ya clásico e icónico film Full Contact, protagonizado por esas bestias de la escena hongkonesa como son Chow Yun-Fat, Simon Yam y Anthony Wong. en esta historia de traiciones y venganzas que no da respiro vemos las constantes del cine de acción de Hong Kong, explosiones, disparos múltiples desde todos los ángulos, piruetas imposibles y unos sádicos personajes, especialmente el de Simon Yam, quizás el más carismático y trabajado de todos al ser el villano. Una gozada verla de nuevo y en una pantalla tan grande como la del Vigatà.

 
El sábado comencé con The Man from Kathmandu, producción nepalí con participación española en la acción con un equipo de especialistas encabezado por Dani Medina y un protagonista puertorriqueño, José Manuel, sin duda el plato fuerte de la película. En ella un joven de origen nepalí pero residente en Estados Unidos decide volver a su país como punto de partida para convertirse en miembro del Estado Islámico pero allí se verá envuelto en diferentes problemas, tanto políticos como religiosos. Sin duda el punto de partida es muy interesante pero todo resulta ser muy artificioso y poco profundo. Entendiendo que es una película de acción y como tal cumple no podemos dejar de obviar que la consistencia argumental debería ser también importante si ella misma se toma en serio. Y por desgracia eso no sucede aquí.

Justo después tocaba Pegasus, la nueva película del director y artista polifacético chino Han Han y de nuevo otra dececpión. En este caso incluso más justificada porque su anterior Duckweed me pareció una muy buena película. Aquí nos cuenta la historia de un corredor automovilístico de gran éxito pero que acaba su carrera por culpa de una suspensión por cinco años pasando del lujo a una vida normal y sus intentos por volver a la cima.  Si bien reconozco que la película es visualmente impactante e incluso cuenta con varias escenas espectaculares tengo que admitir que la mayor parte me aburrió con esa manía de imitar las sobreactuaciones de cierto cine japonés comercial. De todas maneras al menos entretiene.


La siguiente sesión fue la mejor del festival sin contar Full Contact. La historia de Surya un joven que nace con un trastorno que le impide sentir dolor lo que le impele a convertirse en una especie de héroe y acabar con los matones del barrio. Pero como suele pasar esto le llevará a enfrentarse a peligrosos criminales a los que ni con sus habilidades marciales ni su habilidad de no sentir dolor le serán suficientes y necesitará contar con ayuda extra. The Man Who Feels No Pain es todo un canto de amor al cine de artes marciales con esas cantidades de cintas de vídeo que el protagonista consume para convertirse en un artista marcial, como si fuese un Tarantino viendo películas en el videoclub para aprender a ser director. Otro de los puntos fuertes de la película es sin duda el carisma de todos y cada uno de los personajes, en especial con Karate Mani, el karateca de una sola pierna.