Pues se acabó la 44 edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges, una edición con un gran cartel y que nos ha dejado algunas joyitas, y un palmarés polémico, como suele suceder en casi cada edición. En cuanto a palmarés el cine asiático ha conseguido algunos premios que detallamos a continuación y tras ellos la última crónica de esta edición:
Oficial Fantàstic Competición:
Mejor director: Na Hong-jin por The Yellow Sea
Oficial Fantàstic Competición Òrbita:
Mejor película: Guilty of Romance, de Sion Sono
Noves Visions:
Night Fishing, de PARKing CHANce (Park Chan-wook y Park Chan-kyong)
Diploma Película Discovery: Invasion of Alien Bikini, de Oh Young-doo
Mención Especial: Underwater Love, de Shinji Imaoka
Casa Asia:
Mejor Película: The Unjust, de Ryoo Seung-wan
Anima't – Premio Gertie
Mejor Largometraje de Animación: Tatsumi, de Eric Khoo
Diploma al Mejor Largometraje Sitges Family: Leafie, de Oh Sung-yoon
THE THING: ¿Qué tendrán las películas de Carpenter que siempre se prestan a excelsos
remakes o a jugosas secuelas? Jean-François Richet ya demostró que era posible actualizar
Asalto a la comisaría del distrito 13 sin perder un gramo de tensión. Ahora, los creadores de
Amanecer de los muertos vuelven a la carga con una precuela de
La cosa que nos devolverá a los confines del mundo para congelarnos de pavor. La paleontóloga Kate Lloyd llega a la Antártida para sumarse a una expedición que está a punto de hacer el descubrimiento del siglo. Algo lleva cien mil años enterrado en el hielo. Algo que parece muerto, pero que está dispuesto a despertar del letargo.
La película clausura del Festival de Sitges 2011 fue la precuela de
La cosa, una de las grandes obras de John Carpenter, que a casi 30 años de su estreno conserva todos sus rasgos identificativos y su excepcional puesta en escena. En este caso Universal ha decidido ir un paso más allá y en lugar de realizar un remake propiamente dicho se decanta por un híbrido de precuela y remake, situando la acción unos días antes que en la de Carpenter. Este nuevo punto de vista, que si la película tiene éxito hará que veamos la formula hasta en la sopa, nos depara una entretenida e interesante película, que no pasa de ser eso, siendo su mejor y su peor baza. A años luz de la de Carpenter,
La cosa (The Thing) versión 2011 nos da sus mejores momentos en las escenas que enlazan con la precedente o en aislados momentos de tensión. El resto es simplemente una adaptación más pensada para los nuevos públicos ávidos de ver al monstruo en acción en vez de mostrarlo solo a cuentagotas o en los momentos precisos.
DRIVE: En 2009, en los pasillos del hotel Meliá, se podía oír un nombre, el de Nicolas Winding Refn, que con dos películas en liza presentaba su candidatura a director de culto, a dinamizador del cine de género contemporáneo. Llegó el 2011 y Winding Refn demostró que tanta promesa no era en vano. Con un Ryan Gosling erigido en héroe parco en palabras y en gestos,
Drive mira por el retrovisor hacia el cine de finales de los setenta, de coches, persecuciones, acción y emoción. Con una marcada estética retro,
Drive homenajea al pasado, al
Driver de Walter Hill; mientras, Winding Refn apuntala el cine del futuro.
Para el que esto suscribe hoy hemos visto la película del festival, una autentica muestra de cine en estado puro protagonizada por el gran Ryan Gosling, un actor que sigue demostrando la calidad que lleva dentro dando vida a este conductor, con el que no puedes sino llegar a empatizar a pesar de todo lo que acaba sucediendo. Desde sus escenas iniciales, el prólogo en el que el conductor recoge a los dos delincuentes y esos créditos fantásticos, la película te atrapa y no te deja salir. Para mi personalmente además esa estética ochentera, tanto en estilo como en banda sonora e incluso créditos me parece tan extraordinaria que no podría concebir la película sin ella. Mención especial merecen varios momentos demoledores y fantásticos como la escena en el ascensor, sublime, el tiroteo en el motel o la escena de la playa que elevan la labor de Nicolas Winding Refn a lo más alto.
KILLER JOE: Una de las películas que más entusiasmo generó en la Mostra de Venecia.
Killer Joe: el regreso, sonoro como una ráfaga de ametralladora, de William Friedkin, uno de los imprescindibles del cine norteamericano de los años setenta y ochenta. El director de
El exorcista, una de las mejores películas de terror de la historia, sigue en plena forma, como ya demostró en
Bug (Sitges’07), y nos trae una violentísima tragicomedia negra, un desbocado
film noir que no deja muy bien parado al género humano.
La sesión sorpresa había sido objeto de muchas especulaciones y al final la elegida fue
Killer Joe, de William Friedkin. En esta ocasión nos lleva a Texas donde nos encontraremos una historia con tintes surrealistas con un policía asesino contratado por un hijo y su padre para matar a su ex-mujer y cobrar el seguro. Pero como suele pasar en estos asuntos las cosas no surgirán como se tenía planeado en un principio y la situación se irá complicando a marchas forzadas. Con un Matthew McConaughey correcto, pero saturado de botox, ya que su papel de por si es un tipo duro de pocos matices, Killer Joe se empapa de cierto sabor noventero en el tratamiento y la estética de las historia ambientadas en esa Norteamérica sureña que los propios estadounidense se empeñan en mostrar como llena de paletos y psicópatas, circunstancia que a la oficina de turismo de Texas no debe hacer mucha gracia.Repleta de humor negro, la película nos acaba llevando a un final violento, vibrante y desconcertante que bien vale la entrada.
THE ARTIST: Hollywood, 1927. George Valentin es un actor de éxito, un seductor, una estrella que difícilmente podrá ser eclipsada. Al menos, mientras no tenga que hablar. Las cosas se complican para George cuando el sonoro irrumpe en escena y la industria cierre la puerta en las narices de los caballeros que, silentes, acudían al rescate de la dama en el último segundo. Nuestro héroe deberá enfrentarse al sonido en esta deliciosa y desternillante comedia en blanco y negro, que emula los tiempos del cine mudo y que cuenta con una estrella inesperada: el acrobático perrito que acompaña al protagonista.
Espectacular, maravillosa, especial, bella, no hay palabras suficientes para describir esa hermosa propuesta que nos llega desde el país vecino. Dirigida por el francés Michel Hazanavicius, que tras una carrera de lo mas discutible con las dos partes de la comedia OSS (con el mismo protagonista de The Artist, Jean Dujardin), sorprende al mundo entero con este grandioso homenaje al cine mudo de Hollywood de principios del siglo pasado. Un referente como Rodolfo Valentino, de ahí el nombre del protagonista, George Valentin, da forma a dicho homenaje, con secuencias divertidas, algunas emotivas y con una radiografía precisa de una de las épocas doradas de Hollywood. Me gustaría destacar a sus dos protagonistas, un perfecto Jean Dujardin y una bellísima Bérénice Bejo. Ha sido la ovación más importante que hemos oido este año en el festival, y todos estos aplausos son mas que merecidos. Deliciosa.
THE DAY HE ARRIVES: Como suele pasar en las películas de Hong Sang-soo, todo comienza con un viaje y un encuentro. Seongjun llega a Buckhon, Seúl, para ver a un amigo que no aparece a la cita. Deambulando por el barrio, Seongjun topa con una amiga de juventud, con unos estudiantes de cine y, finalmente, con su amigo. Día a día, repite situaciones parecidas: encuentros alrededor de una mesa, con muchas botellas de alcohol y con la sombra de un amor pasado acechando al protagonista. Convertido en el cineasta contemporáneo que mejor disecciona las relaciones, Hong Sang-soo regresa con una comedia de elegante blanco y negro y humor sutil e inteligente.
En el pasado Festival de Cine de Autor de Barcelona habíamos visto
Oki´s Movie, de Hong Sang-soo y personalmente me pareció una buena película, a excepción de esa manía de filmar con zoom arriba y zoom abajo que da la sensación de que no sabe encuadrar o que no se decide. Pero con The Day He Arrives me tengo que rendir, una película obsesiva, aburrida, repetitiva, que a pesar de su corta duración, 79 minutos se hace eterna, y es que tal y como está rodada y narrada no debería haber dado para más de 30 minutos, siendo generosos. Para hacer una película hace falta más que rodar lo mismo una y otra vez y cambiar un par de diálogos, hay que darle vida y sustancia, que si no sale lo que sale. Eso sí, la gente que pasara fuera del cine pensaría que estaban poniendo Aterriza como puedas por la cantidad de carcajadas que sonaban. O quizás es que somos nosotros los raros, ¿quién sabe?.
LIVIDE: En su primer día como cuidadora, Lucie visita a la Sra. Jessel, una anciana profesora de danza que, en estado de coma cerebral, se halla postrada en la cama y sola en su inmenso caserón. Al descubrir que esta quizás escondiese un tesoro en algún rincón de la casa, Lucie y sus amigos Ben y Wilson deciden explorarla con la esperanza de hallar el botín. Pero no tardarán en comprobar que los recovecos de la mansión están plagados de sorpresas no demasiado agradables. El esperado retorno de los firmantes de À l'intérieur es un filme entre la fantasía y el horror de ribetes vampíricos, cuyo aparente clasicismo es violentado por su ya inconfundible estilo.
La segunda película de la dupla Alexandre Bustillo y Julien Maury, tras la notable
A l’intérieur, era una de las cintas mas esperadas del festival, sobre todo por los fans de su ópera prima. La película no decepciona, pero no llega al nivel de su predecesora. Con una primera parte más de suspense, en el que se nos presentan los personajes principales y la casa donde paran todos los futuros acontecimientos es muy acertada, con momentos visualmente fascinantes y un diseño de personajes “malos” de los más aterradores. Eso si, quizás a este primer trozo le falta un poquito de garra. Ya en su segunda parte es donde los directores sacan toda su parte mas terrorífica, con escenas trepidantes y algunas de lo mas escalofriantes. Quizás no me convencen demasiado los flashbacks para conocer a los personajes que habitan la casa, ya que creo que cuanto menos se sabe de ellos, más terroríficos son. En definitiva, una película muy valida, pero que deja un sabor de que podría haber sido mucho mas.
Bueno, y con esto terminamos las crónicas del
Festival de Sitges, que por segundo año consecutivo hemos cubierto enteramente entre los dos miembros del blog. Nos quedamos con un buen puñado de películas, algunas estupendas, otras no tanto, con el reencuentro con amigos del festival, y sobre todo, con las vivencias compartidas con los nuevos amigos, David, Sandra, Xavi y Josep, con los que esperamos seguir compartiendo nuevas experiencias cinéfilas tanto en el ciberespacio como en persona. Y el año que viene más Sitges, por supuesto.