Tras Siete años en el Tíbet, el director Jean-Jacques Annaud, junto a sus protagonistas Brad Pitt y David Thewlis fue declarado Persona non grata y prohibida su entrada en China de por vida. Pero en 2012 fue invitado a formar parte, como presidente, del jurado del Festival Internacional de Cine de Shanghai y a dirigir esta coproducción entre Francia y China, con capital de una productora estatal. Una interesante historia que como siempre tiene tantas vertientes que un cierto halo de misterio nunca viene mal.
Ciñéndonos a la historia la elección de Annaud no es casual, teniendo en cuenta que uno de sus trabajos más reconocidos, El oso, o Dos hermanos, nos mostraban la vida de unos animales (oso y tigres) desde su propio punto de vista, más en el caso de El oso que en la otra producción. En ese aspecto El último lobo, basada en una novela autobiográfica, se inclina más de la narrativa de Dos hermanos, teniendo al personaje humano como eje de la trama y al animal en un papel más secundario por decirlo así, como catalizador de cierta parte de la trama pero sin el protagonismo absoluto que podría pensarse en un principio al compararla con aquella. Ambientada en la Revolución Cultural, dos jóvenes estudiantes son enviados desde Pekín a Mongolia Interior para enseñar a los pastores pero pronto son imbuidos del espíritu de los mongoles aprendiendo ellos sobre esa vida teniendo uno de ellos una especial (y nunca bien explotad) relación con un lobo al que cría tras salvar su vida de las matanzas contra ellos.
Ignoro si el montaje que nos ha llegado a España es el mismo que ha sido estrenado en China, y aunque inocuo si hay algunos pequeños detalles que podrían resultar incómodos al gobierno chino pudiendo ser suavizados o directamente eliminados. Entre ellos se encuentran pequeñas críticas a los funcionarios locales y sus prácticas oscuras y corruptas, expropiación de tierras sin compensación o nula sensibilidad hacia la naturaleza, solo vista esta por parte de los habitantes locales de etnia mongol. Sea como fuere todo pasa de puntillas y no representa más que puntos anecdóticos dentro de la trama
Al final sentimos cierta decepción por el devenir de la historia máxime teniendo en cuenta que de haber seguido la senda emprendida en su película tótem hubieramos tenido una historia mucho más interesante constreñida esta por tener que servir de vehículo a un documento previo, en este caso la novela. Aún así aprueba, se deja ver con bastanta agrado en alguno de los segmentos y por encima de todo esas estepas de la Mongolia Interior china y unos animales salvajes galopando al viento. de ritmo pero que al menos entretiene y hace pasar el rato.
Al final sentimos cierta decepción por el devenir de la historia máxime teniendo en cuenta que de haber seguido la senda emprendida en su película tótem hubieramos tenido una historia mucho más interesante constreñida esta por tener que servir de vehículo a un documento previo, en este caso la novela. Aún así aprueba, se deja ver con bastanta agrado en alguno de los segmentos y por encima de todo esas estepas de la Mongolia Interior china y unos animales salvajes galopando al viento. de ritmo pero que al menos entretiene y hace pasar el rato.