Si el viernes había sido el día más frenético en el que conseguí ver las ocho películas programadas, al día siguiente bajé el ritmo y me perdí la primera y la última del día.Está claro que no se puede mantener el ritmo de locura y siempre hay que descartar algo... o quizás no.
La mañana empezó para mi con Dr. Wong en América, sexta entrega de la saga sobre Wong Fei-Hung comenzada por Tsui Hark y Jet Li con Érase una vez en China. En esta ocasión Hark dejaba las tareas de dirección a Sammo Hung y a Lau Kar-Wing mientras Jet Li volvía a su personaje más icónico después de haber sido sustituido por Vincent Zhao en las dos anteriores partes. En esta ocasión Wong Fei-Hung junto a su prometida y su compañero Siete viajan a los Estados Unidos de América pero el ataque de unos indios hace separarse al grupo y Wong acaba en manos de los indios y sin memoria. A partir de ahí se establecen dos tramas paralelas destinadas a converger en esta mezcla de western y película de artes marciales que saca partido al carisma del actor chino. Una entretenida y bien hilvanada historia que pese a no ser la mejor de la saga mantiene intactas sus señas de identidad en un entorno completamente diferente.
De Hong Kong (realmente Estados Unidos) partíamos a Japón y, de nuevo, a Estados Unidos. En este caso con la sensación del festival para mucha gente, Judge!, que si no hubiera estado Exiled de por medio sería para mi la mejor película del festival. Comedia al estilo japonés que se ríe de los tópicos existentes por parte de los occidentales hacia ellos (y por extensión hacia todos los asiáticos) y juega precisamente con los elementos de cultura japonesa más interesantes enmarcados en la publicidad. Un joven trabajador en una agencia de publicidad (Kiichiro Ota) es enviado por uno de sus superiores (Otaki Ichiiro) para sustituirle como jurado en un festival de publicidad en Santa Monica jugando con el parecido romanizado de sus nombres. Todo ello sin olvidar lo que se convirtió en el icono del festival hasta su final, el zorro gato del anuncio de los fideos. Y es que si tu jefe dice que un zorro es un gato, un gato es. Nya Nya!
No podía faltar en el festival un wuxia repleto de luchas con espadas, intrigas palaciegas y toda la parafernalia que inunda estas obras. pero en el caso de Brotherhood of Blades la acción se torna farragosa y aburrida sobre todo en su principio y parte central dejando en el desenlace apuntes más interesantes fruto de un buen acabado técnico y competentes actuaciones del elenco actoral aún siendo demasiado tarde para levantar el vuelo y la sensación general de la película.
Tocaba de nuevo, tras haber pasado todo el día en el Vigatà, volver a la Bassa dels Hermanos con la cena india y una película bollywoodiense de acción y romance, la desfasada Bang Bang!. Una trama de robos internacionales con terroristas, agentes secretos y una joven y aparentement chica normal metida en medio del meollo. Remake oficial de la estadounidense Noche y día, que no he podido ver, Bang Bang! da lo que promete, diversión, humor, acción y lucimiento de palmito de los protagonistas. Un buen fin de festival para la Bassa puesto que el sábado sería la última proyección allí de esta edición.
Para la Nit golfa tocaban dos propuestas, la japonesa Girl´s Blood y la india BCN Knockout 2. De ellas solo pude ver la primera, sobre todo por un cansancio que ya había hecho mucha mella. Girl's Blood es una extraña película de chicas luchadoras en el ring, erotismo lésbico y traumas infantiles. Y es extraña porque obviando los momentos de acción y (pocos) eróticos nos encontramos ante lo que se asemeja más a un cine de autor bizarro, un ritmo pausado, cercano al sopor, y una trama que no termina de despegar y que al final no creo que sea adecuada para una cinta de estas características. En cuanto al erotismo al final se circunscribe a un par de las protagonistas quedando las otras dos más apartadas en ese sentido, lo que es una pena sobre todo en el caso de la espectacular Ayame Misaki.
Recta final con la llegada del domingo y empezábamos con una sesión doble, la adaptación a cine de Yatsurugi y toda su parafernalia tokusatsu. Pese a ser fan de este tipo de películas, tanto Yatsurugi como Gaion Sigma, el mediometraje spin-off que la seguía, mantienen el tono general de este género pero probablemente por cierto agotamiento que sentía me fue difícil seguirlas con fluidez a pesar de mi afición por ellas. Ello fue la principal razón de acercarme al apartamento y dormir un reparador sueño que me permitiera afrontar la recta final con las energias renovadas.
Y es que la siguiente película era Guilty, un thriller de ambiente malsano y turbador, engoblado en la categoría III del cine hongkonés y alejado de las películas de la ex colonia británica más exportadas y conocidas. Un asesino con la cara deformada paga la libertad de una prostituta para que se vaya a vivir con él, y lo que parece un caso de papanatismo extremo por parte de él se irá convirtiendo poco a poco en una situación axfisiante que tendrá un final completamente honesto y coherente que encaja como un guante. Otra nueva muestra de que en Hong Kong, como en otras cinematografías asiáticas y mundiales hay más que ver aparte de lo consabido. Y es que no solo en Corea y Japón se hacen este tipo de películas...
Y ya se acababan las Nits 2015 y nos quedaba el fin de fiesta, que no podía ser otro que con Action Jackson, una película india, la cual dejaba a los demás desfases vistos en el festival en pañales. Mezclando la acción más salvaje y desenfrenada con un humor a ratos chusquero, la trama iba avanzando de manera un tanto desordenada y preparada para confundir al espectador durante su primera parte, antes del descanso obligatorio en cada cinta de Bollywood. Una vez pasada esta parte el engaño se revela y se traslada a los villanos de la película que toman el lugar del espectador dando lugar al delirio máximo en la escena de la reunión criminal y el festival subsiguiente de tiros y palos desde todos los ángulos posibles. Un auténtico tour de force para terminar otra edición de las Nits que nos dejaba un poco tristes pero al mismo tiempo contentos de ver buen cine y difícil de ver en pantalla grande. ¡Larga vida a las Nits!