martes, 12 de octubre de 2010

Festival de Cine Fantástico de Sitges 2010: Zebraman: Attack on Zebra City



Decepción, eso es lo que sentí con la proyección de Zebraman: Attack on Zebra City, secuela de la película que aterrizó en Sitges hace ya seis años, y que fue una verdadera sorpresa por su genial parodia de los superhéroes occidentales y el Tokusatsu japonés.



En esta segunda parte, ambientada 15 años después de los sucesos de la precedente, Zebraman aparece sin memoria en un Tokio distópico convertido ahora en Zebra City, y en el que dos veces al día durante una hora la gente tiene vía libre para hacer lo que quiera, asesinatos, perversiones, etc... también a esa hora un escuadrón de policías van exterminando a quién se cruce en su camino. Mientras no sea Zebraman a quién no matan ni metiéndole cien balas en el cuerpo. La ciudad y sus zonas limítrofes absorbidas tienen un gobernador al mando con un oscuro pasado y una hija cantante de éxito, y con una extraña conexión con un Zebraman que no puede transformarse.



Si la primera parte era una acertada parodia de superhéroes aún con sus excesos (no olvidemos que es una obra de Takashi Miike, con todo lo que eso conlleva), ésta segunda parte ofrece una historia muy floja y previsible elevando los excesos al cubo, no en un sentido ofensivo puesto que la película es muy blanca en ese sentido, sino en un humor demasiado absurdo que acerca la película al nivel de otras parodias no acertadas y que no beneficia en nada al conjunto. Al final acaba siendo una sucesión de gags más o menos afortunados puesto que por lo demás ni la trama ni los personajes calan muy hondo y contra todo pronóstico termina siendo aburrida en su tramo final, justo cuando tiene que hacer acto de presencia la parte más interesante del film. Pese a todo la película se deja ver, aunque no creo que mejorara en un segundo visionado.

Mención especial para el anuncio anti-piratería que aparece antes de que empiece la película. Un anuncio bastante peculiar, ya sabemos como son los japoneses, y mucho mejor de los que nos ponen a nosotros, para qué lo vamos a negar... y está en Youtube.

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