martes, 1 de diciembre de 2015

Crónica Casa Asia Film Week 2015



Por segundo año consecutivo (y tercero en total) pudimos disfrutar en los Cinemes Girona de Barcelona del Casa Asia Film Week. Con una programación más enfocada a los dramas y a un cine asiático intimista el certamen intenta crecer pero, en mi opinión personal, no lo hace de forma correcta con una serie de decisiones discutibles y otras erroneas como proyectar 52 películas en poco más de cuatro días privando al público de un segundo pase o proyectando varias de ellas en versión original con subtítulos en inglés lo que limita a muchos espectadores.

De todas maneras y para no quedarnos solo con lo malo, siempre es positivo que existan festivales en los que podamos ver películas que se escapan de lo convencional, sea en temática o por su procedencia "exótica". Y es que a pesar de todo Barcelona puede presumir de tener una variada oferta de festivales en este sentido.

Con 10 películas vistas en el festival me aventuraría a hacer un top 5 que sería el siguiente:

1 - The Last Reel (Camboya)
2 - Lupin III vs Detective Conan (Japón)
3 - Niebla (Haemoo) (Corea del Sur)
4 - Margarita, with a Straw (India)
5 - Housebound (Nueva Zelanda)

El certamen inauguró con The Golden Era, coproducción entre China y Hong Kong dirigida por Ann Hui, y que se trata de un biopic de la escritora china Xiao Hong, figura femenina destacada en la República de China y en una época turbulenta tras la caída de la monarquía, la guerra civil y la invasión japonesa. Pese a no carecer de interés histórico y cultural el resultado trasladado a la pantalla es aburrido, con sus casi tres horas de duración, e incluso confuso a momentos con entradas y salidas de personajes sin un claro objetivo. Mi impresión es qué fue una inauguración errónea para comenzar el festival .

La segunda sesión a la que pude asistir fue a la postre la mejor película del festival bajo mi punto de vista, The Last Reel, una historia muy accesible para todo tipo de público dado el protagonismo que el cine ejerce en ella. Una joven camboyana hija de un general descubre que su madre fue actriz en su juventud al encontrar una película suya a la que falta el último rollo. Junto con su novio y el director de la película trata de recrear esas últimas escenas  internándose en el pasado reciente de Camboya y el régimen de los Jemeres rojos, las heridas aún no curadas, las mentiras y también con problemas recientes como una juventud perdida en un país perdido o la especulación inmbolaría. Una delicia de película que merecía una mayor relevancia.

Miss Hokusai es un drama histórico ambientado en el período Edo y que sigue la historia de una pintora de gran talento pero eclipsada por su padre que se otorga la autoría de las obras de ella. Una época en la que la mujer estaba eclipsada siempre por hombres y una sociedad patriarcal en exceso. Si bien como curiosidad histórica la película cumple su función y técnicamente la animación es impecable, su frialdad y dispersión provocan una cierta sensación de agotamiento a medida que la acción avanza sin un determinado rumbo provocando cierta sensación de hastío que lleva a una indiferencia hacia el tramo final de la misma.

¿Extraño ver películas neozelandesas en un festival de cine asiático? Pues eso es posible en el Casa Asia Film Week. Si ya en la edición del pasado año se proyectaron películas autralianas este año se rizó el rizo trayendo de más allá incluso. Sin meternos en más detalles -comprendo que se proyecten películas oceánicas ambientadas en países asiático o coproducciones- al menos Housebound cumple con su propósito de entretener con una historia que bascula entre el terror y la comedia jugando con el thriller. Lo que empieza como la típica casa encantada vira hacia el cine de serial killers con personajes estrambóticos, humor de las antípodas y diversión durante un buen rato. No pasará a la historia pero sin duda fue de lo más entretenido del festival.

Producción australiana ambientada en Camboya con ínfulas autorales que rayan la vergüenza ajena. Una película tan impostada y preparada para derretir a cierto sector de la crítica que se deja llevar por propuestas "rompedoras" pero que no dejan de seguir el mismo patrón de cine lento y exasperante sin otro objetivo que el de ocultar el poco talento cinematográfico que se tiene. Vergonzosa en algunos momentos como el del encuentro con el australiano, en una autoflagelación a gusto de un progresismo insustancial, Ruin es eso, una completa ruina.

En 2009 dos de los personajes de anime más celebres -también en España- Lupin III y Detective Conan unieron sus fuerzas en un especial televisivo. Cuatro años más tarde vio la luz una secuela para cine qué con buen gusto CAFW programó. Lupin III vs Detective Conan: The Movie es pura diversión al límite de la locura que para los fans es una pequeña maravilla. En mi caso soy gran seguidor de las andanzas del nierto del célebre Arsenio Lupin y nada -por desconocimiento- del Detective Conan pero aquí la conjunción de ambos da un plusque te mantiene una sonrisa en los labios bastante tiempo después de terminada. Para disfrutar sin prejuicios.

Que solo se puedan salvar dos momentos en una película de 85 minutos no es un balance muy positivo. Y en Bwaya (Crocodile) esas dos escenas atañen al cocodrilo del título, las únicas en las que sale pero que son de importancia capital en la misma. El resto es un compendio de cine autoral y planos estáticos, mezcla de realidad con ficción, como las partes de la exhumación del cadaver de la niña por la propia familia o testimonios ante cámara creando una ruptura visual que no beneficia a la película con claros problemas de ritmo.

Mi relación personal con Hong Sang-soo es peculiar, podemos pasar de lo peor (The Day He Arrives) a una maravilla (Our Sunhi) y esta ocasión no iba a ser menos. Hill of Freedom se queda en tierra de nadie, es inocua y pasableopero ahí radica también su mayor handicap. Y es algo especialmente extraño en una película de poco más de una hora de duración y hecha con el piloto automático ya qué si bien es cierto que el director coreano se repite en sus esquemas en esta ocasión todo parece mucho más desangelado y perdido rozando lo aburrido y que gracias a su corto metraje esquiva esta circunstancia.

Que el cine de la india no es solo Bollywood y demás megaproducciones debería de ser ampliamente sabido, pero siempre conviene recordarlo para el más despistado, y una buena muestra de ello es esta Margarita, with a Straw. Planteada casi como si se tratara de una película independiente estadounidense -no es casualidad que el segundo acto transcurra en Nueva York- nos narra la historia de una joven con parálisis cerebral confinada en una silla de ruedas y que en la universidad comienza a tener sus primeros deseos amorosos. Tras un momento traumático viajará a los Estados Unidos en la que será la época más esplendorosa de la vida. Fuera del simple drama social y con muchas gotas de humor esta película se convierte en una historia de superación entrañable con una protagonista carismática y a la que es imposible no ponerle al menos una sonrisa aunque sea en la escena final, toda una declaración de intenciones y que cierra la película de la mejor manera posible.

Y la última película que vimos, Niebla (Haemoo) acabó siendo la vencedora del certamen enterándonos justo antes de su proyección. Una producción surcoreana que de nuevo usando un tema social, en este caso los chino-coreanos que entran en el país de forma ilegal, articula una trama que vira hacia el manido thriller pero que aquí resulta más que interesante si bien sin alcanzar la genialidad y más tratándose de un guión escrito al alimón por Bong Joon-ho y Shim Sung-bo -también director aquí y guionista de Memories of Murder-. El descenso a los infiernos de la tripulación del barco obligado a aceptar este envenenado encargo está narrada de una manera muy correcta a partir del trágico accidente que ocurre a mitad del metraje. Si hubiera que ponerle algún pero sería ese epílogo tan poco trabajado y que resulta hasta risible.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Crónica Festival de Cine Fantástico de Sitges 2015 - 2ª parte

Acabamos el repaso a la edición del Festival de Sitges de este año 2015 reseñando brevemente las películas asiáticas que quedaron fuera del top general del certamen. Irán en orden de calidad descendente en este caso.

 

Comenzamos por Veteran, irregular cinta que se beneficia de una segunda mitad dinámica que deja atrás una primera humorística mucho menos acertada. Cuando por fin se centra en la acción encontramos el sello de calidad de Ryo Seung-wan y dejando un gran sabor de boca. De igual manera que otra de las coreanas vistas en el festival, Office, hace una crítica algo ligera de uno de los grandes males de la sociedad surcoreana. Si en aquella eran las condiciones laborales,aquí se centra en los conglomerados empresariales familiares (chaebol).

Shinya Tsukamoto nos lleva a la II Guerra Mundial en pleno Pacífico y las andanzas de un soldado japonés en una isla filipina. Aquejado de tuberculosis y despreciado por el resto de su destacamento y sus superior, su deambular por la selva le hará enfrentarse a todo tipo de horrores y desastres en una visión sucia de la guerra mucho más realista y desagradable que de costumbre. Algunas partes de Fires on the Plain pueden llegar a cansar pero en general es una película muy interesante. 

Sion Sono se ha convertido en uno de los directores más queridos en Sitges. En esta edición además de estar en persona tuvo la ocasión de presentar tres películas y de las dos que vi la mejor y sin tampoco llegar a ser una gran película es Love & Peace, la historia de amistad entre un joven apocado y fracasado y su tortuga. El precio de la fama, la amistad y el amor pasados por el tamiz de un zumbado en una versión lisérgica de los Teleñecos y auténticas odas a la sobreactuación. Su principal problema es sin duda un exceso de metraje y lo mejor su falta de complejos.


El cine coreano suele, en la mayoría de casos, tocar temas de actualidad, sociales o políticos y llevarlos a terrenos del cine de género. En Coin Locker Girl, una niña abandonada en una consigna de una estación es vendida a una organización criminal regentada por una mujer de origen chino. Convertida en su "hija" y parte de la banda, comete un grave error al enamorarse de un joven del que tiene que recuperar un dinero provocando con ello la pérdida de confianza de su mentora y adentrándose en lo peor de los bajos fondos. Interesante aunque algo fallida .

De nuevo en Corea y ahora con asesino en la oficina. El exceso de trabajo y las humillaciones constantes empujan a los personajes a situaciones límite en las que nada son lo que parece. Office empieza de una manera directa y potente pero acaba desinflándose en su tramo final, sobre todo desde que se intuye como va a acabar todo y el giro argumental que tendrá lugar. Aún así se ve con agrado y las interpretaciones y el gore hacen el resto. 

Densa, potente visualmente y agotadora. Esos podrían ser los principales adjetivos para The Assassin de Hou Hsiao-hsien, una de esas obras que dan prestigio a un festival pero que provocan deserciones en la sala habida cuenta de que mucha gente no sabe realmente lo que va a ver. Admito que a mi Hou no me gusta especialmente aunque debo admitir que muchas de estas imágenes son pura poesía en movimiento. Ahora bien eso no impide que esté reñida con una concepción del cine como entretenimiento y aquí falla el taiwanés. Desde luego tiene su público y yo no formo parte de él pero al menos es rescatable en comparación con otras de sus obras.


El cine chino está en auge en su país. Cada vez se hacen más películas nacionales y llegan a grandes segmentos de su población y para muestra tenemos esta The Taking of Tiger Mountain, épica y ambientada en la guerra civil china con los aguerridos soldados luchando contra una banda de malhechores muy fuerte liderada por un irreconocible Tony Leung Ka-Fai. Dirigida por el en otros tiempos adorado Tsui Hark, ahora instalado casi en exclusiva en la China continental, la película pierde fuelle por su excesiva duración y el tono patriotero que adoptan sus personajes, rozando el ridículo. Si acaba aprobando es por sus escenas de acción espectaculares y bien rodadas sin más.

En los últimos dos años y gracias al festival Nits de Cinema Oriental descubrí la saga KL Gangster de la que este pasado verano proyectaron la última entrega hasta la fecha, en realidad un spin-off. Justo en Sitges hemos tenido la ocasión de ver Villa Nabila, dirigida por el mismo responsable de dicho spin-off, Syafiq Yusof. Alejada completamente de la acción se decanta por el terror y por una casa encantada en la ciudad de Johor Bahru. Si bien la película es completamente presincidible la simpatía que desprende y algunos toques divertidos (quizás involuntarios) sumado a la corta duración la convierten en entretenida.

Agotado acabé con The Boy and the Beast, visualmente trabajada y con una animación muy cuidada pero que se revela como aburrida y repetitiva durante gran parte del metraje.La duración excesiva de dos horas para una historia mucho más simple de lo que se pretende lastra los resultados y queda como una propuesta interesante e imaginativa que acabará cayendo, para mi, en el olvido más absoluto.


Quien me conozca sabrá que Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas me pareció una completa tomadura de pelo. Y más o menos y salvando las distancia Apichatpong Weerasethakul no decepciona con Cemetery of Splendour y ofrece una nueva muestra de cine letárgico, ombliguista, pedante y aburrido en el que la única manera de encontrarle algo positivo es tomándolo a guasa. El castigo que inflinge el tailandés al respetable con esta historia de soldados narcolépticos no llega a su insigne obra anterior pero no es apto para todos los públicos. Al menos no para mi, desde luego.

Sion Sono es un autor que puede llegar a hacer entre 5-6 películas al año. Con ese número incluso en Japón lo normal es que no todas salgan bien y esta es la muestra. Con un punto de partida interesante y potente, la película hace aguas por todos lados en una constante sensación de repetición siendo coherente con su final pero de desarrollo plano. La historia realmente no da para más que un cortometraje y solo los fuegos de artificio pueden pretender aparentar, sin conseguirlo, que todo está bien en Tag.

Todo lo que empieza tiene su fin, y esa es la impresión que da, hoy por hoy, la carrera de Kiyoshi Kurosawa tras sus últimas películas. Journey to the Shore, la que nos ocupa, parte de nuevo de una original e interesante historia y también de nuevo el desarrollo es caótico, aburrido, inconexo y tratando de ser tan trascendental que acaba siendo poco menos que una parodia. La extrema lentitud y unos actores aletargados terminan de hundir la función . Se va a hacer difícil darle una nueva oportunidad a Kurosawa.


Baskin es puro Sitges, de eso no hay duda. Una película con claros componentes fantásticos, violenta, gore, nauseabunda. Pero tiene un problema, es horrible y lo mencionado antes a mi no me sirve ni para pasar el rato. Con un principio pretendiendo establecer el caracter de los "buenos" en una conversación tarantiniana el conjunto se desboca cuando estos, policías tienen que intervenir en una situación en un edificio en el que tendrán que hacer frente a un grupo de personajes violentos y sádicos. Gratuita y extrema no consigue ni siquiera inquietar y tan solo aborrecer.

Dos amigas estadounidenses viajan a Israel de vacaciones encontrándose a un "aventurero" que las guía hasta Jerusalén. Allí alojadas en un hostel y de fiesta permanente ya con la compañía de un árabe israelí del que la amiga con novio se encapricha se ven envueltos no en ataques terroristas sino el advenimiento de demonios procedentes de las puertas del infierno situadas en la ciudad. Punto de partida divertido que en manos capaces igual hasta hubiera sido buena pero que es un desastre desde el primer momento mostrándonos una pareja de niñatas a cual más despreciable y el formato del falso documental que casi nadie sabe utilizar correctamente. Jeruzalem es la peor película asiática del festival, y ya es decir.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Crónica Festival de Cine Fantástico de Sitges 2015 - 1ª parte



Una edición más del Festival de cine fantástico de Sitges ha acabado y tan solo restan dos para la número cincuenta. Una edición que se ha significado por acabar con uno de los problemas más acuciantes como han sido los retrasos, que en esta ocasión han sido puntuales. Aligerar el número de películas y habilitar la sala Tramuntana han sido decisiones cruciales y acertadas sin duda.

Sobre la calidad de las películas y como sabemos que cada uno tiene sus gustos, diré que desde mi perspectiva no ha habido películas sobresalientes y en su mayor parte el nivel ha sido regular e incluso mediocre. Esto no es una crítica a la programación de festival ya que es imposible encontrar tantas buenas películas, ya no solo de género, aunque si pienso que se debería limitar algo más tanta paja o incluso algunas propuestas que no deberían estar en Sitges.
 
Mi balance del festival ha sido el siguiente; 48 películas vistas, 3 de ellas de animación y 1 documental. Asiáticas he visto casi la mitad del total, 22, con Japón como país dominante con 10.

Mi top-12 es el siguiente:

  1 - The Invitation
  2 - Youth
  3 - SPL II: A Time for Consequences
  4 - Yakuza Apocalypse
  5 - Gangnam Blues
  6 - Green Room
  7 - Schneider vs. Bax
  8- Ryuzo and His Seven Henchmen
  9 - I Am a Hero
10 - Baahubali: The Beginning
11 - The Dead Room
12 - The Devil's Candy

En ésta primera crónica reseñaré las películas del top 12 de menor a mayor y en la segunda parte las películas asiáticas (excepto las reseñadas aquí):


Mirándose en el espejo de Rob Zombie, The Devil's Candy y su atmósfera malsana irrumpe con fuerza pese a irse deshinchando hasta arribar a un final algo desvirtuado. Pese a todo funciona y sorprende el rol de su protagonista, Ethan Embry, ya completamente alejado de sus papeles de finales de la década de los 90. Como otro punto negro está el desaprovechar al gran F. Murray Abraham y a su personaje que acaba simplemente siendo un cameo sin importancia.

De Nueva Zelanda llegaba The Dead Room, en principio una película puente para no quedarse en la calle y, si bien no inventa nada nuevo sobre el trillado tema de las casas encantadas, su factura técnica, su reparto completamente creíble y los sustos bien conseguidos acaba convirtiéndose en una de las sorpresas agradables del festival e incluso su final, a pesar de la previsibilidad, sobrecoge. Una buena película de una cinematografía prácticamente desconocida.


La locura india del festival tiene nombre, Baahubali: The Beginning, un festival de humor, acción, romance, mitología y traiciones de mano del director de la genial Eega. Una tragedia épica con presupuesto millonario y sazonada con las consabidas canciones y batallas irreales pero completamente preparada para hacer disfrutar al respetable. Obligatorio dejarse llevar por la película y el ambiente o se puede pasar mal. Esperamos desde ya la segunda parte para 2016.

En la época dorada de los zombies no podía faltar la aportación japonesa en forma de película. I Am a Hero, versión en imagen real de un famoso manga, nos hace seguir a un mangaka con una vida triste hasta su transformación en héroe a su pesar, gracias a su habilidad en el tiro de competición. Acompañado por una joven colegiala semi-zombie, sus aventuras volvieron loco al festival y más teniendo en cuenta su concidión de premiere mundial. Un disfrute al 100%.

Con Ryuzo and His Seven Henchmen, Takeshi Kitano, que se reserva un pequeño papel como policía, nos ofrece una crónica de unos yakuza ya retirados que desean volver a recuperar su forma de vida, pero qué se encuentran perdidos en un nuevo mundo y con nuevas maneras de hacer las cosas. Una crónica que al fin y al cabo se puede extrapolar al propio Kitano como director y es que su tiempo ya ha pasado y él es consciente de ello. A pesar de que aún puede hacer buenas películas, y ésta es prueba de ello, el fulgor del pasado ha desaparecido y solo queda el recuerdo en un mundo que cambia constantemente sus gustos. Un canto del cisne a una manera de ser y de hacer cine en una película muy personal.

Hace un par de ediciones, Borgman, fue galardonada con el premio a mejor película del festival. Su director Alex van Warmerdam volvió este año con Schneider vs Bax, un enfrentamiento entre dos asesinos a sueldo mucho más accesible que la anterior película pero envoltada de ese humor negro característico. Las interioridades y la vida privada de los asesinos interfiere en sus planes ofreciendo un novedoso punto de vista a este tipo de películas. 


Con la interesante Blue Ruin, Jeremy Saunier ofreció detalles interesantes que expande en una más accesible Green Room, odisea de un grupo musical en una gira de, literalelmente, supervivencia. Si bien es superior a su anterior película peca de cierta precipitación hacia el final con muchas ganas de dejarlo todo atado y bien atado. Su primera parte es arrolladora visual y violentamente con momentos gloriosos de cara al respetable. Un acierto poner al (casi) siempre afable Patrick Stewart en el rol de patriarca de los malos de la película. Y es que al final hay que tener cuidado de dónde y para quien se toca.

Una de las virtudes de las películas surcoreanas es qué a pesar de su caracter comercial suelen tener parte de crítica social hacia el modelo surcoreano que pasó a protagonizar uno de los más rápidos crecimientos económicos mundiales por lo que fue conocido el país como uno de los cuatro Tigres Asiáticos (junto a Taiwán, Singapur y Hong Kong). En este caso las especulaciones inmobiliarias que convirtieron las zonas rurales adyacentes a Seul en el vibrante distrito de Gangnam, uno de los más ricos de la ciudad y popular internacionalmente por la canción "Gangnam Stle" de Psy. Articulada en un thriller en el que dos hermanos acaban separados y en bandos diferentes, los juegos de traiciones y engaños llegaran hasta las máximas consecuencias. Algo farragosa en su desarrollo Gangnam Blues no deja de ser uno de lo thriller más potentes del año.


"Totó, me parece que ya no estamos en Kansas"... así se podría definir el recibimiento de Yakuza Apocalypse, el Miike más loco, el de sus inicios, el de las películas sin sentido. Si hace unos años eran jaleadas con locura, ahora cuesta encontrar apoyo, quizás por indolencia, quizás porque el momento ha pasado o Miike ha malacostumbrado con sus Hara-Kiri o derivados. Pero lo importante es que el bueno del japonés nos trae una experiencia lisérgica con vampiros yakuza, ranas luchadoras y cazavampiros estrafalarios entre los cuales tenemos al indonesio Yayan Ruhian, inolvidable Perro Loco de The Raid. Una imprescindible cinta a la que la pregunta ¿de qué va? puede ser respondida con un "no sé, pero da igual".

SPL, rebautizada como Duelo de dragones en su versión videográfica editada en España, se reveló como una gran cinta de acción con un binomio Wilson Yip (dirección) y Donnie Yen (en la acción) que siguió dando grandes momentos con la saga Ip Man. Acompañados por Simon Yam, Sammo Hung o Wu Jing aquella película se elevó por encima de la acción para construir una trama sin fisuras. Ahora llega la "segunda" entrega, y la razón del entrecomillado es no tener relación argumental ninguna con la primera. Repiten solo Simon Yam y Wu Jing,  con WIlson Yip en tareas de producción. Dirige con mano firme Soi Cheang con Louis Koo y Zhang Jin como villanos y sustituyendo a Yen la otrora estrella de Ong-Bak Tony Jaa. Mucho menos agraciada argumentalmente que la original, esta SPL 2 (que afortunadamente también tendrá distribución en España) ofrece un festival de mamporros y disparos al límite. Atención especial al plano secuencia en la cárcel, una auténtica gozada visual.

 

La segunda en el top es la típica película de prestigio pero que uno se pregunta que hace realmente en Sitges más allá del lustre. Se trata de Youth, la nueva propuesta del extraordinario Paolo Sorrentino que tras apabullar a gran escala con La gran belleza se internacionaliza con un trío protagonista de excepción; Michael Caine, Harvey Keitel y Rachel Weisz, acompañados de un eficaz Paul Dano. De nuevo nos encontramos con una reflexión sobre la vida, el vacío existencial y las decisiones tomadas, no siempre (o casi nunca) acertadas. Atención a ese humor que se apodera a ratos de la pantalla, en especial el que atañe al sosias de Maradona o al interés romántico del personaje de Weisz, el excéntrico escalador.

Y por una vez coincidí con el jurado y la que considero mejor del festival también recibió el premio a Mejor película. Y esa es The Invitation, ajustada, tensa, con el mal rollo en el cuerpo, imprevisible en su previsibilidad, una bomba de relojería... o no. Alejada del fantástico pero no del espíritu del festival y con uno de los mejores planos finales vistos hace tiempo en una sala de cine. Una película de la que no merece la pena contar nada y dejar que se disfrute y se descubra. Jamás Karyn Kusama (a falta de ver Girlfight) estuvo mejor, ahí están los engendros de Jennifer's Body y Aeon Flux para atestiguarlo.

miércoles, 22 de julio de 2015

Crónica Nits de cinema oriental 2015 - 2ª parte

 

Si el viernes había sido el día más frenético en el que conseguí ver las ocho películas programadas, al día siguiente bajé el ritmo y me perdí la primera y la última del día.Está claro que no se puede mantener el ritmo de locura y siempre hay que descartar algo... o quizás no.

La mañana empezó para mi con Dr. Wong en América, sexta entrega de la saga sobre Wong Fei-Hung comenzada por Tsui Hark y Jet Li con Érase una vez en China. En esta ocasión Hark dejaba las tareas de dirección a Sammo Hung y a Lau Kar-Wing mientras Jet Li volvía a su personaje más icónico después de haber sido sustituido por Vincent Zhao en las dos anteriores partes. En esta ocasión Wong Fei-Hung junto a su prometida y su compañero Siete viajan a los Estados Unidos de América pero el ataque de unos indios hace separarse al grupo y Wong acaba en manos de los indios y sin memoria. A partir de ahí se establecen dos tramas paralelas destinadas a converger en esta mezcla de western y película de artes marciales que saca partido al carisma del actor chino. Una entretenida y bien hilvanada historia que pese a no ser la mejor de la saga mantiene intactas sus señas de identidad en un entorno completamente diferente.

De Hong Kong (realmente Estados Unidos) partíamos a Japón y, de nuevo, a Estados Unidos. En este caso con la sensación del festival para mucha gente, Judge!, que si no hubiera estado Exiled de por medio sería para mi la mejor película del festival. Comedia al estilo japonés que se ríe de los tópicos existentes por parte de los occidentales hacia ellos (y por extensión hacia todos los asiáticos) y juega precisamente con los elementos de cultura japonesa más interesantes enmarcados en la publicidad. Un joven trabajador en una agencia de publicidad (Kiichiro Ota) es enviado por uno de sus superiores (Otaki Ichiiro) para sustituirle como jurado en un festival de publicidad en Santa Monica jugando con el parecido romanizado de sus nombres. Todo ello sin olvidar lo que se convirtió en el icono del festival hasta su final, el zorro gato del anuncio de los fideos. Y es que si tu jefe dice que un zorro es un gato, un gato es. Nya Nya!

No podía faltar en el festival un wuxia repleto de luchas con espadas, intrigas palaciegas y toda la parafernalia que inunda estas obras. pero en el caso de Brotherhood of Blades la acción se torna farragosa y aburrida sobre todo en su principio y parte central dejando en el desenlace apuntes más interesantes fruto de un buen acabado técnico y competentes actuaciones del elenco actoral aún siendo demasiado tarde para levantar el vuelo y la sensación general de la película.

Tocaba de nuevo, tras haber pasado todo el día en el Vigatà, volver a la Bassa dels Hermanos con la cena india y una película bollywoodiense de acción y romance, la desfasada Bang Bang!. Una trama de robos internacionales con terroristas, agentes secretos y una joven y aparentement chica normal metida en medio del meollo. Remake oficial de la estadounidense Noche y día, que no he podido ver, Bang Bang! da lo que promete, diversión, humor, acción y lucimiento de palmito de los protagonistas. Un buen fin de festival para la Bassa puesto que el sábado sería la última proyección allí de esta edición. 

Para la Nit golfa tocaban dos propuestas, la japonesa Girl´s Blood y la india BCN Knockout 2. De ellas solo pude ver la primera, sobre todo por un cansancio que ya había hecho mucha mella. Girl's Blood es una extraña película de chicas luchadoras en el ring, erotismo lésbico y traumas infantiles. Y es extraña porque obviando los momentos de acción y (pocos) eróticos nos encontramos ante lo que se asemeja más a un cine de autor bizarro, un ritmo pausado, cercano al sopor, y una trama que no termina de despegar y que al final no creo que sea adecuada para una cinta de estas características. En cuanto al erotismo al final se circunscribe a un par de las protagonistas quedando las otras dos más apartadas en ese sentido, lo que es una pena sobre todo en el caso de la espectacular Ayame Misaki.

Recta final con la llegada del domingo y empezábamos con una sesión doble, la adaptación a cine de Yatsurugi y toda su parafernalia tokusatsu. Pese a ser fan de este tipo de películas, tanto Yatsurugi como Gaion Sigma, el mediometraje spin-off que la seguía, mantienen el tono general de este género pero probablemente por cierto agotamiento que sentía me fue difícil seguirlas con fluidez a pesar de mi afición por ellas. Ello fue la principal razón de acercarme al apartamento y dormir un reparador sueño que me permitiera afrontar la recta final con las energias renovadas.

Y es que la siguiente película era Guilty, un thriller de ambiente malsano y turbador, engoblado en la categoría III del cine hongkonés y alejado de las películas de la ex colonia británica más exportadas y conocidas. Un asesino con la cara deformada paga la libertad de una prostituta para que se vaya a vivir con él, y lo que parece un caso de papanatismo extremo por parte de él se irá convirtiendo poco a poco en una situación axfisiante que tendrá un final completamente honesto y coherente que encaja como un guante. Otra nueva muestra de que en Hong Kong, como en otras cinematografías asiáticas y mundiales hay más que ver aparte de lo consabido. Y es que no solo en Corea y Japón se hacen este tipo de películas...

Y ya se acababan las Nits 2015 y nos quedaba el fin de fiesta, que no podía ser otro que con Action Jackson, una película india, la cual dejaba a los demás desfases vistos en el festival en pañales. Mezclando la acción más salvaje y desenfrenada con un humor a ratos chusquero, la trama iba avanzando de manera un tanto desordenada y preparada para confundir al espectador durante su primera parte, antes del descanso obligatorio en cada cinta de Bollywood. Una vez pasada esta parte el engaño se revela y se traslada a los villanos de la película que toman el lugar del espectador dando lugar al delirio máximo en la escena de la reunión criminal y el festival subsiguiente de tiros y palos desde todos los ángulos posibles. Un auténtico tour de force para terminar otra edición de las Nits que nos dejaba un poco tristes pero al mismo tiempo contentos de ver buen cine y difícil de ver en pantalla grande. ¡Larga vida a las Nits!

lunes, 20 de julio de 2015

Crónica Nits de cinema oriental 2015 - 1ª parte



Otro año, ya el tercero consecutivo pudimos asistir a las Nits de Cinema Oriental, ya todo un clásico veraniego. Películas, buenas charlas y una inmejorable compañía y todo gracias a la gran labor del estupendo equipo que se encuentra detrás de ellas y al que nosotros tenemos que agradecer todas las facilidades, simpatías y ambiente que se vive en el festival. ¡Y además editan un pedazo de libro como Wild Wild East!, más no podemos pedir.


A pesar de no poder asistir a los dos primeros días del festival el jueves por la mañana comenzamos a lo grande con la revisión de Exiled, incluida en la retrospectiva Wild Wild East. Y sí, continúa siendo una maravilla tanto a nivel estético como de personajes. Un neowestern hongkonés ambientado en una Macao a punto de ser devuelta a China con un claro componente político en las relaciones entre las distintas facciones de ambas regiones. 


Lo siguiente que pudimos ver fue Boundless, documental sobre Johnnie To dirigido por el taiwanés Ferris Lin. Y sin duda uno de los platos fuertes del festival. Un Johnnie To desde diferentes ángulos, un repaso a su carrera, a su carácter, a sus convicciones e ideas políticas ya plasmadas en varias de sus obras y que contextualizan muchas de ellas. Un hombre que se ha convertido en uno de los grandes del cine hongkonés y asiático, y que en justicia debería estar considerado a nivel mundial por su contribución al cine en las últimas décadas. Como ya comenté en Twitter, un diez para el festival por traer esta joya que cualquier fan (y añadiría cualquier cinéfilo) de Johnnie To debería ver porque merece mucho la pena.

El jueves era el ya clásico día de Hong Kong, así que todas las películas provenían de aquella ciudad. El traslado del Espai ETC al Cinema Vigatà nos sirvió para calentarnos un poco con las altas temperaturas pero había premio, la delirante From Vegas to Macau 2, secuela de la original en algunos personajes pero independiente argumentalmente y no apta para detractores del humor cantonés. De hecho era más conveniente incluso haber visto God of Gamblers como afirmó con razón Domingo López que no aquella. Repleta de guiños como en la descacharrante escena del casino tailandés o ya al final con dos cameos geniales, sobre todo uno de ellos completamente inesperado y refrescante, añadiendo también las referencias a las dos producciones protagonizadas por Nick Cheung, Unbetable y The White Storm, también vistas en las Nits 2014. Metacine al cuadrado.


Cambio de tercio con Gangster Payday, historia de amores y triadas con un Anthony Wong espectacular en su papel de gangster noble. Alejada de artificios (fantásticos en otras películas desde luego), convierte a los delincuentes en seres mundanos con sus problemas, alegrías, tristezas y sentimientos en general. Una sorpresa que no hace sino corroborar (como también veríamos más adelante) que el cine de Hong Kong es más amplio de lo que parece a simple vista. Sin alejarse de uno de los subgéneros predominantes si que el enfoque es diferente y se agradece siempre ver diferentes propuestas. Otro acierto de programación.

El día de Hong Kong terminaba con una película que aunque ya había visto me animé a repetir en la Bassa dels Hermanos. protagonizada por uno de los mejores actores de acción como es Donnie Yen, Kung Fu Jungle nos devuelve a los añejos tiempos de esplendor del género y nos emplaza a peleas espectaculares con saltos imposibles y carisma a raudales en este juego del gato y el ratón contra un Wang Baoqiang que borda su papel de villano. Terminaba el día de manera espectacular.

Tras unas horas de descanso comenzamos la que sería nuestra jornada más larga del festival ya que vimos las ocho películas que se proyectaron durante el viernes. Record absoluto para las retinas del que esto escribe que llegó al final a duras penas, pero llegó.


La primera resultó ser Hawaa Hawaai, película india del género de superación deportiva que pese a convertirse en algo pesada por una quizás excesiva duración para la forma de narrar la historia cautivó a los más jóvenes existentes a la sala. Amable, divertida, con una parte algo dramática, sigue los patrones de las películas del género con las propias características sociales indias y las dificultades de la gente de estratos inferiores para acceder a las mismas oportunidades que el resto. En general no molesta y se puede ver pero la disfrutarán más los fans de películas deportivas y los infantes.

La siguiente volvía a ser parte de la retrospectiva y resultó ser el ya clásico El karate, el colt y el impostor, protagonizada por Lee Van Cleef y Lo Lieh con rodaje a caballo entre España y Hong Kong. Una locura de película con diálogos imposibles que adolece de una acción bastante deficiente con escaso aprovechamiento de las cualidades de Lo pero que suple todos sus defectos con la sensación de surrealismo que impregna la cinta. Sin contar a los dos protagonistas lo mejor de todo es el villano Predicador, un megalómano que conduce una iglesia carreta móvil y que persigue el botín ¡para construirse una iglesia de verdad! Alucinante.


Tocaba cambio de escenario de nuevo, ahora para enfocarnos en Indonesia con el documental Garuda Power: the Spirit Within focalizado sobre todo en el cine popular de los años 70-80 pero que repasaba todo el cine del país. Una época también desatada, con películas de artes marciales, héroes legendarios, saqueo de éxitos foráneos y un erotismo impensable en aquel momento y en aquel país. La gran virtud de este documental es que pese a su escaso metraje el análisis que hace de todo aquello es tan exhaustivo que desearíamos ver una edición extendida en algún momento. 

No nos movíamos de la sala ni del país del sur asiático para toparnos con otra de las locuras vistas en el festival, Lady Terminator, que plagia descaradamente muchas escenas de la original Terminator de Cameron en una sucesión de escenas tan absurdas que tienen su punto culminante en la escena compartida entre los dos protagonistas buenos en el que la sinceridad llega a un nuevo y demencial nivel. Hay que verla para creerla y disfrutarla

Lo que nos tocaba después era algo completamente diferente, el estreno mundial de Somehow, película coreana en la que el compositor de la banda sonora era el osonenc Guillem Ramisa y a la que acudieron también invitados por el festival Cho Kyu-jun y Lee Suji, director y actriz de la película respectivamente. Como película fue de lo que menos me gustó del festival, un drama con trasfondo budista en el que confieso llegué a perderme en algún momento y que no refleja bajo mi punto de vista una evolución real de los personajes y se pierde en una maraña de emociones con incluso momentos gratuitos.


De nuevo Corea ahora en la Bassa pero otra vez como muestra del eclecticismo del festival con una propuesta radicalmente distinta, The Pirates. En esta ocasión piratas coreanos mezclados con bandidos y una trama política en la época Joseon que bascula entre el cine de aventuras de siempre y la comedia absurda, cada una de ellas con unos personajes en concreto siendo lo primero para los piratas y lo segundo para los bandidos. Aún siendo entretenida de nuevo el metraje de poco más de dos horas no ayuda a la fluidez de la historia y acaba resultando algo pesada, pero su espíritu desacomplejado y su parecido con la popular saga de Piratas del Caribe hizo las delicias del respetable y a la postre ha acabado entrado en el top 5 del festival. 

Ya rebasada la medianoche nos dirigimos al Cinema Vigatà porqué comenzaba la primera nit golfa de la edición 2015 y con una de nuestras películas más esperadas KL Gangster 3 (también conocida como Abang Long Fadil), spin-off de la saga malasia de la que pudimos ver la segunda parte el año pasado y que se convirtió en nuestra favorita de las Nits 2014. Situada entre la segunda y la primera (recordemos que la secuela era en realidad una precuela) se enfoca en el humor que las KL Gangster tenían en pequeñas dosis con el propio personaje de Fadil para elevarlo al cuadrado. Dirigida por Syafiq Yusof, hermano del director de las originales, Syamsul Yusof (que repite su papel de Shark), las apariciones de Aaron Aziz y Soffi Jikan (el mejor de KL Gangster 2) se alternan con cameos de los personajes de Evolusi KL Drift (también de Symasul Yusof) y cameos hilarantes de Transformers e Iron Man. Inferior a su predecesora su ritmo y la diversión la convierten en otra de las imprescindibles.


Y para rematar el día y este primer post pudimos ver la obra póstuma del mítico Panna Rittikrai, Vengeance of an Assassin, que si bien cumple en la parte de acción, sobre todo en el plano secuencia subjetivo y en el partidillo de fútbol del principio se pierde en unas actuaciones muy justitas, una trama absurda y en una parte final que roza el esperpento con los efectos digitales de la lucha en el tren. Una lástima el despedirse con una película tan fallida pero debía verse como homenaje a ese gran  maestro que fue. Y sobre todo atención a ese partidillo de fútbol del principio

Y así acabamos nuestra primera crónica de las Nits 2015. En breve la segunda parte.

martes, 23 de junio de 2015

HYPES DEL LEJANO ORIENTE en el Atlántida Film Fest 2015


El Atlántida Film Fest continúa hasta el próximo 9 de julio con una cuidada programación y selección de cintas, entre ellas varias de procedencia asiática. Recordad que todo el festival, con más de 60 películas, puede verse en filmin por solo 50 euros (40 si eres suscriptor) o por 10 euros tenéis 5 vales.

A continuación una selección de las más destacadas:

THE WORLD OF KANAKO
El director de “Confessions" vuelve con un film noir de poso trágico y ritmo imparable, un vigoroso y demente thriller de venganza japonés en el que prácticamente todo suena a coreano, que dedica un estiloso homenaje al pulp y el retro explotation de los 70.

THE BLUE HOUR
"Una imprevisible película gay de misterios y asesinatos", una love-story siniestra rodada NO al uso, que tuvo su reciente estreno mundial en el inmejorable marco que supuso Panorama en la Berlinale 2015 y que directamente nos llega de Tailandia. 

RUINED HEART (ANOTHER LOVE STORY BETWEEN CRIMINAL & A WHORE)
Una ópera punk-noir rodada con techniculay y en flipinoscope, por quien es considerado el gran tótem del cine digital filipino.

SONGS FROM THE NORTH
Un peculiar filme-ensayo que mira de manera diferente el enigma de Corea del Norte, un país que típicamente se observa desde la lente distorsionada de la propaganda jingoísta y la sátira burlesca. "Songs from the North" intenta entender, en sus propios términos, la psicología y el imaginario popular de la población norcoreana y su ideología política de amor absoluto que continúa arrastrando a la nación hacia un futuro incierto.

COURT
Bombay a día de hoy, a través de un exótico y elocuente retrato social, propulsado por un sentido del humor muy particular y una portentosa factura formal, absoluta vencedora de Orizzonti en Venecia y BAFICI.

Tenéis el resto de programación en la página web del Atlántida Film Fest:

jueves, 9 de abril de 2015

Reseña: EL ÚLTIMO LOBO

 Estreno en España el 10 de abril


Tras Siete años en el Tíbet, el director Jean-Jacques Annaud, junto a sus protagonistas Brad Pitt y David  Thewlis fue declarado Persona non grata y prohibida su entrada en China de por vida. Pero en 2012 fue invitado a formar parte, como presidente, del jurado del Festival Internacional de Cine de Shanghai y a dirigir esta coproducción entre Francia y China, con capital de una productora estatal. Una interesante historia que como siempre tiene tantas vertientes que un cierto halo de misterio nunca viene mal.


Ciñéndonos a la historia la elección de Annaud no es casual, teniendo en cuenta que uno de sus trabajos más reconocidos, El oso, o  Dos hermanos, nos mostraban la vida de unos animales (oso y tigres) desde su propio punto de vista, más en el caso de El oso que en la otra producción. En ese aspecto El último lobo, basada en una novela autobiográfica, se inclina más de la narrativa de Dos hermanos, teniendo al personaje humano como eje de la trama y al animal en un papel más secundario por decirlo así, como catalizador de cierta parte de la trama pero sin el protagonismo absoluto que podría pensarse en un principio al compararla con aquella. Ambientada en la Revolución Cultural, dos jóvenes estudiantes son enviados desde Pekín a Mongolia Interior para enseñar a los pastores pero pronto son imbuidos del espíritu de los mongoles aprendiendo ellos sobre esa vida teniendo uno de ellos una especial (y nunca bien explotad) relación con un lobo al que cría tras salvar su vida de las matanzas contra ellos.

Ignoro si el montaje que nos ha llegado a España es el mismo que ha sido estrenado en China, y aunque inocuo si hay algunos pequeños detalles que podrían resultar incómodos al gobierno chino pudiendo ser suavizados o directamente eliminados.  Entre ellos se encuentran pequeñas críticas a los funcionarios locales y sus prácticas oscuras y corruptas, expropiación de tierras sin compensación o nula sensibilidad hacia la naturaleza, solo vista esta por parte de los habitantes locales de etnia mongol. Sea como fuere todo pasa de puntillas y no representa más que puntos anecdóticos dentro de la trama

 

Al final sentimos cierta decepción por el devenir de la historia máxime teniendo en cuenta que de haber seguido la senda emprendida en su película tótem hubieramos tenido una historia mucho más interesante constreñida esta por tener que servir de vehículo a un documento previo, en este caso la novela. Aún así aprueba, se deja ver con bastanta agrado en alguno de los segmentos y por encima de todo esas estepas de la Mongolia Interior china y unos animales salvajes galopando al viento. de ritmo pero que al menos entretiene y hace pasar el rato.

miércoles, 8 de abril de 2015

Reseña: LA CASA DEL TEJADO ROJO

Estreno en España el 10 de abril


El veterano Yoji Yamada tiene el honor de ser uno de los directores japoneses que más películas estrenan en nuestro país, sea en cine (cinco hasta la fecha si mis cálculos son correctos) o en formato doméstico. Desde El ocaso del samurái hace una década tan solo una de sus películas (si no me equivoco Otōto) está inédita en nuestro país.


A caballo entre dos épocas y focalizada en los años previos y en plena Segunda Guerra Mundial, si una cosa hay que agradecer al director nipón es cierta mirada que incomodará a algunas personas y es, a través de la visión de diferentes personajes, la naturaleza del conflicto y el no querer afirmar que todo era blanco o negro. Ahí es donde se encuentran los puntos de mayor interés pues son tan extrapolables a los personajes que sufren verdaderos conflictos entre ellos y sus amores imposibles, correspondidos o no, fugaces o eternos.

 El principal problema de la película radica en su posicionamiento folletinesco, un melodrama alargado y repetitivo, carente de una tensión real y con la química poco conseguida. Es mucho más potente la escena del roce de las manos entre la criada y la señora que todos los momentos que comparten la señora y su amante, demasiado forzados. Podría afirmar que la sutilidad respecto al lesbianismo inherente en el personaje central de la película explotado en esa escena de tensión sexual entre ella y la amiga de su señora juega su favor pero creo que es al contrario, puede que por la visión de la sociedad japonesa sobre las diferentes tendencias sexuales, que no podría afirmar con seguridad, lo que perjudica a un personaje no bien dibujado y con demasiadas lagunas para que se pueda considerar del todo logrado.


Probablemente en manos de otro director menos experimentado y menos gusto por los detalles la película perdería muchos enteros, puesto que en el aspecto técnico es todo impecable, desde la ambientación, los encuadres, hecho que se eleva con ese fantástico plano secuencia que a la postre se revela como la escena más crucial de toda la película. Una decepción viniendo de quien viene pero digna de ver en definitiva.

Reseña: AGUAS TRANQUILAS

Estreno en España el 10 de abril


18 años después de convertirse en la cineasta más joven en conseguir la Caméra d'Or del Festival de Cannes, Naomi Kawase es una de las autoras japonesas más reconocidas a nivel mundial, al menos en el ámbito cinéfilo más autoral y festivalero. Aguas tranquilas es su segunda película estrenada en España tras El bosque del luto, hace poco más de siete años. Ponerme a enumerar sus película sería superfluo y carente de toda lógica, puesto que esta historia ambientada en la isla de Amami es mi primera incursión en el cine de la japonesa no teniendo referencias previas (y propias) de su trabajo. 


El cine asiático, o parte del cine asiático más bien dicho tiene su tempo, su manera de contar las historias de una forma más pausada y etérea. Una manera de narrar las historias poética en ocasiones e irritante en otras, sea debido a factores culturales y manera de vivir o a razones religiosas y filosóficas. Eso se ha convertido en algunos momentos en un fraude, en una manera de vender las historias a un occidente que anhela seguir viendo esa misma narrativa una y otra vez y que algunas veces resulta vacua y carente de interés. Valga el hecho de no ser realmente aficionado a este tipo de cine, si bien no todo me resulta así sino más bien el prefabricado.
 
En esta ocasión si entro en la historia, alejada de un protagonista alejado de los parámetros más japoneses, por decirlo de alguna manera, rebelde irrespetuoso hacia su divorciada madre, con la que vive y a la que no perdona su presunto romance con un hombre de la zona. Y entre esa historia, otra que nace, su amor por una joven compañera de escuela pero a la que su propia inexperiencia y rencor hacia su madre le hace no disfrutar de los primeros escarceos del amor y el sexo. El camino que tendrá que recorrer de sufrimiento en un entorno cerrado, precioso hasta que llega el tifón y luego convertido en una celda cuasi tropical no es sino un reflejo de una herida abierta sin sanar.


Lamentablemente el nivel baja a mitad de la cinta, de nuevo lastrada por una duración alargada de preocupante tendencia, y acaba con un final menos satisfactorio de lo previsto pero que consigue aprobar con nota. Una buena manera de entrar al universo de la directora.

domingo, 1 de marzo de 2015

Crónica Americana 2015 - 3ª parte

Se acabó la segunda edición del Festival Independiente de Cine Americano de Barcelona, el Americana, y primera a la que asisto. Una edición cuidada por parte de la organización y todos sus colaboradores que han conseguido crear un referente en este tipo de cine en la ciudad. En general, si bien mi relación con el "indie" estadounidense no es la mejor, la puedo catalogar de correcta desde el punto de vista cinematográfico con propuestas cuanto menos interesantes y tan solo un suspenso de las 14 que he visto durante el festival, pases de prensa, etc... Todo ello además de, lo más importante, poder reencontrarse de nuevo con amigos, tanto los que uno ve a menudo como a los que no. Y sin más preámbulos vamos con el pequeño repaso a las cinco últimas películas vistas del festival


El sueño americano también tiene su lado de pesadilla y en el documental Rich Hill tenemos buena cuenta de ello. Familias desestructuradas de ida y vuelta, enfermedades, abusos sexuales, coqueteos con las drogas, rebeldía. Todo dentro de un contexto social marginal de la llamada despectivamente por  parte de la sociedad "White Trash" (Basura blanca), gente de etnia blanca de bajos recursos y poca educación principalmente. Aquí seguimos a tres muchachos y sus respectivas familias bastante desgraciadas que no obstante y sin tratar de ser hiriente da la sensación de que los directores tocan el sensacionalismo pudiendo optar porqué la película fluya y buscando los peores momentos en cada situación. Interesante desde un punto de vista etnológico pero insuficiente desde el cinematográfico


Leland Orser es un secundario muy reconocible por los aficionados al cine estadounidense gracias a sus apariciones en multitud de películas si bien no de nombre seguro que si de apariencia. En esta ocasión su papel protagonista casi absoluto de la película (junto a la también conocida Mary Elizabeth Winstead) le otorga un plus con una actuación "fría" o "vigorosa" cuando lo requiere el personaje. Un experto en la psique humana con experiencia en desprogramar gente atrapada por las sectas y de capa caída acepta el encargo de unos padres para hacerlo con su hija. Pero atrapado por sus propios problemas personales y un duelo psicológico extremo descubrirá que quizás no es tan bueno.  Sin duda, Faults es una de las propuestas más estimulantes del festival en su concepción tal y como el argumento nos deja entrever, pero hacia el final, algo truculento por otra parte, comienzan a asomar los tics del cine "indie" que más me molestan y que aquí, por fortuna, no llegan a ser determinantes, quedando como simplemente anecdóticos. 


Enrevesada, loca y muy irregular es Wild Canaries, que combina el interés con el tedio y la intriga. En el edificio en el que vive una pareja no muy normal muere una vecina anciana. Todos creen que ha sido un accidente menos ella que imagina un asesinato por parte del hijo de la señora. A partir de ese momento comienza su propia investigación ayudada por la compañera de piso de la pareja en una trama que involucra además de a ellos al propietario del inmueble, su mujer, su amante y la exnovia lesbiana de su propio novio. Intento de comedia de equívocos, Wild Canaries puede presumir de tener momentos logrados con otros patéticos y al final quedar en tierra de nadie, entretenida pero excesivamente larga para lo que cuenta y, sobre todo, como lo cuenta llegando al aburrimiento al final de la cinta.



Las relaciones humanas siempre son complicadas y en la era tecnológica además más con la eclosión de internet, chats, páginas webs, redes sociales, han convertido el conocer gente en algo mucho más rápido y sencillo aunque sea desde la pantalla de un ordenador. Este es el caso, en The Heart Machine, de Cody que a través de una página web conoce a Virginia, neoyorquina como él y que se encuentra viviendo en Alemania durante unos meses. A través de esos meses, Cody comienza a sospechar que Virginia está en Nueva York y lo mantiene engañado comenzando una particular búsqueda para saber si es o no verdad. De nuevo a priori tenemos un argumento interesante que lamentablemente se desgasta conforme van pasando los minutos y lo que podría haber virado en múltiples direcciones acaba tomando el, en mi opinión, camino más fácil. No se puede decir que la película no tenga una buena factura e interpretaciones, es solida y correcta pero juega demasiado con la identificación de manera impostada y acaba pinchando en su desarrollo.


Y llegó la clausura del festival, que en un principio iba a ser Lost River, el debut en la dirección de Ryan Gosling y qué, según nos informó la organización, se cayó a última hora del festival por la negativa de Warner desde Estados Unidos a permitir su proyección pese al acuerdo con la distribuidora española, algo lamentable por parte de la productora estadounidense. En su lugar y a toda prisa, la escogida fue Selma, cuyo estreno español está previsto para el próximo 6 de marzo y que narra los momentos anteriores y posteriores a la marcha que transcurrió desde esa ciudad hasta la capital del Estado de Alabama, Montgomery, para reclamar que se cumpliera la ley del permiso de los negros al voto. Esa histórica marcha, que vino precedida de violencia estuvo encabezada por Martin Luther King, aquí encarnado de forma casi notable por David Oyewolo, actor británico cuyo trabajo imitando la forma de hablar de King es digno de mención. A pesar de no ser una gran película, lastrada en parte por ciertas elipsis y situaciones confusas, más enfocadas a un espectador estadounidense ampliamente conocedor de los hechos que a un neófito o poco conocedor, se ve agraciada por un reparto de campanillas que mantiene el tipo, con un Tim Roth sublime como hace tiempo que no se le veía. Asimismo la película toma cierta distancia y curiosamente se la podría acusar de algo blanda en lugar de lo más dura que podría haber llegado a ser. Una interesante película con una anécdota curiosa, en el documental Life Itsel, proyectado también en Americana Ava DuVernay, directora de esta Selma, hablaba de su relación con Ebert, al que conoció de niña y que luego apoyaría en su primera película como directora.

jueves, 26 de febrero de 2015

Crónica Americana 2015 - 2ª parte


La sinopsis de Kumiko, the Treasure Hunter en la que una mujer japonesa encuentra una cinta de VHS de la película Fargo creyendo que es real y que hay un tesoro escondido allí constituía un estimulante punto de partida. Todo eso más la estética y la participación de Rinko Kikuchi, correcta pero desaprovechada, prometía.

La acción está divida en dos partes; una primera en Tokio, a gusto de cierta parte del público occidental por el exotismo y la capacidad de atención hacia lo proveniente de Japón, y una segunda ambientada en la Minnesota rural. El lastre más grande de la película es el avance de la trama a saltos; en su primera parte japonesa, inexplicablemente alargada desde un punto de vista narrativo, asistimos a idas y venidas del trabajo a casa de la protagonista intentando infructuosamente poner al espectador en situación de la depresión que vive ella por una vida lejos de lo ideal pero que en realidad solo sirven para demostrarnos, como confirmaremos más adelante que padece algún desorden mental. De allí saltamos a la segunda parte, primero en el aeropuerto y luego en su búsqueda obsesiva-compulsiva llegando a rechazar la ayuda de algunos personajes a quienes ve como seres que la alejan de su objetivo entre algunas situaciones rocambolescas e insertadas para aligerar el tono del drama y que en mi opinión no funcionan.   



La "sorpresa para bien" de Americana para mi, precedida de malas críticas de gente con la que tengo gustos en común y parece que del público en general, fue Dear White People. Un desplazamiento de la problemática racial en Estados Unidos a una universidad elitista, con mayoría de estudiantes blancos pero con una representación heterogénea de afroamericanos. Sam White, una estudiante de gran popularidad con su programa de radio "Dear White People" gana las elecciones al hijo del decano y ex-novio suyo Troy. A partir de ese momento la tensión racial (e incluso dentro de la misma comunidad afroamericana) comienza a subir y las pasiones se desatan en diversos frentes hasta desembocar en la fiesta "afroamericana" que planean realizar un grupo de estudiantes blancos pintándose de negro, con caretas y burlas. A pesar de este argumento que invita a pensar en un drama tipo "Semillas de rencor" aquí el director se decanta por el humor y la sátira siguiendo, en cierta manera, el estilo del primer Spike Lee (antes de irse por otros derroteros) pero por otra parte alejándose también de él y consiguiendo cierta propia esencia no defensiva y con gotas de autocrítica. Una muy estimable película que parece no haber conseguido el reconocimiento adecuado y temo pasará bastante desapercibida.


Con Buzzard de nuevo, y salvando las distancias, nos encontramos con una película cortada por los patrones de Kumiko. Un personaje desquiciado (aquí más peligroso para los demás que para si mismo) y dos partes diferenciadas para establecer grandes contrastes. Un joven que trabaja en una entidad financiera de manera eventual y que se muestra como un "pasota" se dedica a pequeños trapicheos para sacarse un dinero extra. A raíz de quedarse con unos cheques de clientes comienza un descenso a la paranoia. Sin que venga muy bien a cuento y solo explicable por la locura del personaje, huye de su casa y se esconde en el sótano de la  de un compañero de trabajo (interpretado por el propio director de la película, Joel Potrykus). Hasta ahí la película aguanta bastante bien, la química entre Burge y Potrykus es estupenda y la confrontación entre ese par de seres inmaduros provoca no pocas risas, pero de nuevo se produce la huida y a partir de ese momento la soledad se convierte en la aliada del protagonista no funcionando tan bien, convirtiéndose todo en una tan solo excusa para un final bastante previsible y aderezado con la grotesca escena de los spaghettis que a los pocos segundos pierde su fuerza.


El interés de Night Moves está en la sinopsis, que no logra trasladar completamente a imágenes. Dos jóvenes activistas ecológicos se encuentran con otro de ellos, ex-marine, y planean volar una presa. Una vez juntos comienzan los preparativos y acaban consumando su objetivo lo que llevará a que alguno de ellos se sienta culpable, otro acorralado y la situación, a su ritmo eso sí, se vaya tornando cada vez más tensa.Quizás lo que demandaba esta película era lo que intenta Reichardt, ritmo pausado, realista pero mis sensaciones viran hacia el aburrimiento en toda la parte final. A eso no ayudan las interpretaciones, sobre todo de Jesse Eisenberg al que encuentro un actor completamente frío e inexpresivo la mayoría de las veces (incluido aquí) que aquí ya en el epílogo del film acaba en la caricatura. La química entre los diferentes protagonistas no existe y la decepción, tras un inicio prometedor, acaba adueñándose de la pantalla en dura pugna con el tedio.