viernes, 29 de septiembre de 2017

Crónica Lychee Film Festival 2017


 

Este septiembre hemos asistido al nacimiento de un nuevo festival de cine asiático en Barcelona. En este caso concreto se trata de un festival de cine chino que ha reunido una selección de películas realizadas entre 2004 y 2017 excepto la clausura que fue el clásico de King Hu A Touch of Zen.

Nosotros pudimos ver o revisionar, un total de solo tres películas y un cortometraje por la falta de tiempo . La primera que vimos fue la inauguración en la Sala Phenomena, The Master, dirigida por Xu Haofeng y que él mismo se encargó de presentar, ya que acudia como invitado por ser objeto también de una retrospectiva.


Xu también fue uno de los guionistas de The Grandmaster, la última, hasta el momento, película dirigida el conocido Wong Kar-Wai y que aquí ejercía tareas de producción. De igual manera que en su primer visionado la película tiene grandes méritos pero se hace difícil de seguir por todas las subtramas abiertas y su dispersión narrativa. Las buenas coreografías de artes marciales y toda esa deliciosa parte final le dan aún más empaque. Una buena manera de inaugurar el festival.


Otra de las gozadas que repetimos fue Chongqing Hot Pot, en la que tres amigos dueños de un restaurante con problemas económicos encuentran un agujero hasta la cámara acorazada de un banco colindante y planean como poder robar el dinero mientras un personaje de su pasado aparece de forma providencial. En medio tendremos gangsters y una narrativa con un gran flashback que engrandece la película. Una película que como ya dije en su momento recupera el estilo de las películas del Hong Kong de los años ochenta y noventa, ahora situada en la China continental. Esa China en la que puede pasar de (casi) todo.


En el caso de Kaili Blues, y a pesar de que no me entusiasmo la anterior vez que la vi, decidí repetir por si no la vi en un día propicio. Lamentablemente en esta segunda ocasión me siguió pareciendo lo mismo, o incluso peor. Ese tono lánguido, que llega al sopor; un plano secuencia que podría tener su interés pero que es alargado y que resulta a todas luces suprefluo. Una lástima pero son películas que no me terminan de convencer, y que dan la sensación de estar hechas para ganar premios en el extranjero.

Por su parte el cortometraje que pude ver fue The Hedonists, de Jia Zhangke,  y de nuevo es una gozada con esos tres amigos que pierden el trabajo y acaban en un parque temático que recrea la China imperial, con un humor ácido pero que al mismo tiempo es incisivo antes los (muchos) problemas que ocurren en el gigante asiático.

Esperamos que el festival Lychee se consolide y el año que viene podamos tener más propuestas. Y si todo va bien, deseamos poder ver muchas más películas.