domingo, 29 de octubre de 2017

Crónica Sitges 2017 - 3ª parte

En esta tercera y última parte de la crónica de lo que ha dado de si la edición número cincuenta del Festival de Cine de Sitges hablaremos de las películas europeas, españolas incluidas. Un Sitges 50 que si bien no ha sido todo lo impresionante en películas como el año anterior si que nos ha dejado algunas joyas y todo ese trabajo bien hecho que queda atrás, a pesar de las carencias. Ahora ya estamos contando los días para la edición 51 que será de nuevo un acontecimiento.

La primera película europa vista fue Musa, la nueva película de uno de los predilectos del festival, Jaume Balagueró.  En este caso nos cuenta una historia a caballo entre la fantasía y el terror pero que hace aguas por todas partes. Y eso que la idea prometía mucho, las musas de los artistas como entes sobrenaturales, pero que no está desarrollada de manera coherente y se convierte en otra película más de terror. La lástima es que Balagueró tiene un gran talento ya demostrado y sus dos últimas películas han sido bastante deficientes, la cuarta parte de REC y esta que nos ocupa. Esperamos que con la siguiente vuelva por sus fueros.

El sacrificio de un ciervo sagrado es la tercera película de Yorgos Lanthimos que tengo la oportunidad de ver, y sin duda es la mejor. Después de Canino, que no aguanto, y de Langosta, con una estupenda primera mitad y una segunda para olvidar, con la que aquí comentamos me convence en cierta manera, aunque ni por asomo veo en el director griego ese talento que se le otorga. Me parece correcto pero sin más. Aquí me llega a divertir esa vena juguetona que tiene con sus personajes, y a pesar de un Colin Farrell que a veces está muy bien y a veces se le notan las limitaciones. Más o menos como a Nicole Kidman, una actriz capaz de lo mejor (quizás no tanto) y de lo peor.

Producida por Álex de la Iglesia nos encontramos con Errementari, una fantasía con elementos del folclore vasco en la que un agente del gobierno investiga unos extraños sucesos que le llevan hasta un herrero que vive en lo más profundo del bosque y oculta un terrible secreto. Me duele decirlo pero después de las críticas tan positivas que he llegado a leer de esta película me pregunto como es que no he podido ver todo eso positivo que se dice. Me parece muy mal interpretada, montada y con unos personajes que en vez de dar miedo acaban dando risa. Toda la parte final la encuentro apresurada y ridícula. Una lástima.

Con November nos encontramos con otra sinopsis que llama la atención y un inicio bastante interesante que liuego no conduce a nada. Además de aburrida se convierte en farragosa llegando a provocar en mi la sensación de que no tengo ni idea de lo que quiere contarme el director y que está más ocupado intentando mostrar imágenes que hilvanando una trama coherente. 

En A Gentle Creature, película ucraninana que transcurre en Rusia se demuestra aquello de que para ciertos ucranianos con criticar el sistema ruso (sistema que no voy a defender) vale todo y no hace falta esforzarse mucho. Y es lo que tenemos con esta adaptación más o menos de la historia corta de Dostoievksy "La sumisa". Un metraje de dos horas y media a todas luces exagerado y una trama que no sabe adonde ir los últimos tres cuartos de hora nos dejan con un mal sabor de boca.

Una película sobre un inmigrante que consigue superpoderes y ambientada en Hungría ¿qué podría salir mal en Jupiter´s Moon? Pues bastantes cosas por lo visto. Después de la correcta White God, el director Kornél Mundruczó sigue hablando de temas sociales en un contexto de ciencia-ficción pero si bien en aquella funcionaba relativamente bien aquí hace aguas. Porque no solo con un guión crítico e incisivo se rellena una película, máxime si haces que eso se repita durante el metraje en bucle y te olvidas de que hay otras cosas importantes como el desarrollo de los personajes sin que lo hagan a trompicones. 

Y para terminar con el repaso a las películas europeas y a Sitges 2017 teníamos How to Talk to Girls at Partie, una deliciosa comedia romántica de ciencia-ficción en la que unos chicos de una banda de rock de Londres a finales de los 70 acaban en una fiesta muy extraña con extraterrestres y en la que el protagonista se enamora de una de ellos, con todo lo que ello conlleva. Con una banda sonora muy buena y unas actuaciones fantásticas se convirtió por méritos propios en una de las joyas del festival. Como curiosidad, está basada en una historia corta del gran Neil Gaiman.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Crónica Sitges 2017 - 2ª parte

Continuamos con la segunda parte de las crónicas del cincuenta aniversario de Sitges. En esta ocasión reseñaremos las películas americanas vistas, tanto del norte como del sur del continente.

Empezamos con Annabelle Creation, secuela del spin-off de Expediente Warren. La nueva aventura de la muñeca Annabelle consigue algo que no consiguió su horrorosa precedente, y es ser entretenida. El problema es prácticamente el de siempre, una pelíucla de sustos simples, con unas cuantas escenas que tratan de ser impactantes y unos intérpretes que intentan salir dela tolladero lo más dignamente posible. Sin ningún género de duda se deberían haber quedado en la saga principal y no empezar a hacer películas que no aportan nada. El año que viene, en teoría, tendremos otro spin-off, La monja. Que Dios nos pille confesados.

The Bad Batch fue una de las producciones Netflix que se pudieron ver en el festival, y como la gran mayoría del sello del gigante del streaming podría haberse quedado en su plataforma. Diriga por Ana Lily Amirpour, que ya pasó por Sitges con la correcta aunque pretenciosa A Girl Walk Alone at Night, la distopía que tiene en el reparto a Jason Momoa, Jim Carrey o Keanu Reeves se convierte en un pesado aburrimiento con un par de horas de metraje que se hacen muy cuesta arriba. 

Por suerte la siguiente fue una de las mejores películas del festival, Wind River, dirigida por Taylor Sheridan, guionista de las sublimes Sicario y Comanchería, y con unos Jeremy Renner y Elizabeth Olsen en estado de gracia. Con una trama de desapariciones en la nieve, racismo implicito y celos y rencores, la tensión mueve la película hasta culminar, al estilo de los westerns, en un baño de sangre que te deja pegado a la butaca. Una película enorme que merece ser reivindicada y que esperemos obtenga buen estreno en nuestro país ya que así lo merece.

Con Bushwick volvemos a la mediocridad. Rodada en un plano secuencia, la película nos muestra un presente alternativo en el que Estados Unidos es atacado lo que provoca que una joven con la ayuda de un personaje interpretado por el popular Dave Bautista, tenga que huir por la ciudad hasta intentar llegar a una zona segura. Con mimbres para poder ofrecer una serie B correcta la película se empieza a perder a poco de llegar a la mitad de la cinta y se convierte en un videojuego repetitivo que no aporta absolutamente nada nuevo.

Akiva Goldsman es un guionista que nos ofrece una de cal y una de arena. En este caso con Stephanie que curiosamente no guioniza sino que dirige, se queda en tierra de nadie. Lo que intenta ser una producción rompedora en un aspecto más contextual que formal no consigue su objetivo y, pese a ser una producción Blumhouse, cosa que da cierta garantia (aunque tampoco es una ciencia cierta) al final se ve y se olvida. Lo peor que le puede pasar a una película de estas características.

La última producción estadounidense que pudimos ver con cierto criterio (en otras estábamos muy cansados) fue The Disaster Artist, parte de la maratón sorpresa del Auditorio y de la que sinceramente no tenía mucha idea. De hecho no conocía la historia de The Room, más que por algún comentario leído u oido por ahí. James Franco en su doble faceta de director y actor consigue algo extraordinario, y es que la disfruten por igual los "fans" de The Room (quizá en cierta medida un poco más que el resto) como los que no teníamos ni idea de su existencia. Su interpretación eclipsa al resto, y eso que su propio hermano Dave está muy pero que muy bien. Una película para repetir cuando se estrene en España.

De México pude ver en la retrospectiva vampírica el clásico de Fernando Méndez El vampiro, una deliciosa joya de terror gótico que encaja como un guante. Una joven llega para visitar a su tía enferma pero se entera de que ha muerto. Junto a unos familiares y un hombre con el que compartió viaje en el tren se verá rodeada por unos siniestros vampiro a los que tendrá que derrotar mientras descubre que hacen allí. Las interpretaciones de los protagonistas son estupendas destacando sobre todo el actor de origen español Germán Robles que repetiría el mismo personaje en la continuación El Ataud del vampiro.

En Poesía sin fin seguimos viendo la buografía audiovisual de Alejandro Jodorowsky, que la comienza justo donde acababa la anterior La danza de la realidad. Para lo bueno y para lo malo se trata de una película del polifacético artista chileno no apto para todos los públicos. Por fortuna es algo mejor, que tampoco mucho, que la anterior y se deja ver, pero me temo que no encajo muy bien con su manera de narrar. En el apartado técnico y fotografía si se merece un diez ya que todo encaja a la perfección.

domingo, 22 de octubre de 2017

Crónica Sitges 2017 - 1ª parte



Este año 2017 Sitges celebró su 50 aniversario, que se dice pronto pero que es una efeméride excepcional. Algo que no está al alcance de tantos festivales de cine y que a pesar de sus carencias, demuestra que el equipo que está detrás consigue hacer  un trabajo estupendo, especialmente en el contexto social y político en el que vivimos. Puede ser que esta edición fuese, sobre el papel, algo más floja que la del 49 aniversario, pero eso se debe a que el 2016 vivimos un aluvión de peliculones e invitados espectaculares que pudo ensombrecer la cincuentena. Pero como siempre, todo se trata de puntos de vista y percepción. Por mi parte me quedo con varias joyas que vi y alguna que recuperé.

Como se trata de un blog sobre cine asiático, empezaré hablando sobre las películas del continente oriental. Luego seguiremos con el cine estadounidense y acabaremos con el europeo, australiano y latinoamericano.

La primera película asiática que vimos fue la china Big Fish & Begonia, una cinta de animación de una factura técnica impecable, una animación espectacular y una fotografía llena de colores vivos que transporta a esos mundos irreales. Quizás se la compare con el cine del Studio Ghibli, y concretamente con el de Miyazaki, y quizás esa sea una de los vicios que tenemos hoy en día, comparar tanto algo sin otorgarle su propia entidad. Y si bien tiene algunos nexos en común, creo que sus raíces también se encuentran en tradiciones chinas. Sea como fuere, una estimulante película que se merece un segundo visionado.


Recuperar The Mission en pantalla grande es una gozada. Nos lleva a otros tiempos del cine de Hong Kong, con lo cual no quiero decir que ahora se hagan malas películas, sino que esa forma de hacer cine noventera, arriesgada y concisa pertenece a su tiempo. La historia de esos cinco miembros de la triada que al proteger a su jefe establecen unos lazos irrompibles consigue llegar a lo más hondo. Y que decir de la escena del tiroteo en el centro comercial. Una maravilla.

Fireworks, otra cinta de animación en este caso japonesa fue lo contrario, me pareció una película pretenciosa y aburrida, con unos personajes incapaces de provocar empatía. Se pueden salvar partes de la animación, aunque otras estén sobrecargadas, pero en general una de las peores película asiáticas de este Sitges.

A Special Lady comienza muy bien pero poco antes de la mitad de la película se desinfla. Esta historia de una exprostituta convertida a sicario de una organización criminal coreana acaba demabulando sin saber exactamente a dónde ir y embarullando la trama de tal manera que ella misma se pierde. Una lástima pero es una constante en el thriller coreano, pasando de maravillas a películas mediocres con solo un par de escenas potentes para regocijo de la platea.

Tocaba recuperar otro clásico de Hong Kong, Duelo a muerte, dirigida por Yuen Chor y producida por la Shaw Brothers. Y como casi siempre no defrauda y nos ofrece una historia de luchas y venganzas que pasa como un suspiro y te arregla el día en cuanto a visionados.

Habría una gran expectación con la versión en imagen real de Jojo's Bizarre Adventure entre otras cosas porque estaba dirigida por Takashi Miike y rodada en la propia Sitges. Primero debo decir que no me he leído el manga ni visto el anime, pero la película me pareció especialmente infame. No voy a cargar las tintas con Miike, porque todos sabemos a estas alturas que es un director tan irregular que pasa de obras maestras a auténticas aberraciones, pero así no Miike. No basta con rodar en Sitges, cosa que a mi realmente más allá de la curiosidad me da bastante igual.

Y la última de la retrospectiva de Hong Kong que pude ver fue Hard Boiled, la gran maravilla, para mi por encima de A Better Tomorrow, que tiene John Woo, y que no tiene pinta de superar. Hard Boiled lo tiene todo, acción, humor, suspense, romance. Con unos John Woo y Chow Yun-fat a punto de irse a sus respectivas aventuras americanas, Tony Leung y Anthony Wong espectaculares, es una película que hay que ver, revisionar y volver a revisionar, porque lo merece. Si nos preguntamos por que el cine acción de Hong Kong era un referente en los ochenta y noventa al verla se nos despejarán todas las dudas.

Para terminar con las películas asiáticas de Sitges teníamos The Brink, otra muestra del cine de acción de Hong Kong, en este caso actual. Repleta de peleas y persecuciones espectaculares, es una película que no da tregua al espectador. Quizás el final es un poco exagerado pero al fin y al cabo de eso se trata también, de rebasar ciertos límites.