jueves, 9 de abril de 2015

Reseña: EL ÚLTIMO LOBO

 Estreno en España el 10 de abril


Tras Siete años en el Tíbet, el director Jean-Jacques Annaud, junto a sus protagonistas Brad Pitt y David  Thewlis fue declarado Persona non grata y prohibida su entrada en China de por vida. Pero en 2012 fue invitado a formar parte, como presidente, del jurado del Festival Internacional de Cine de Shanghai y a dirigir esta coproducción entre Francia y China, con capital de una productora estatal. Una interesante historia que como siempre tiene tantas vertientes que un cierto halo de misterio nunca viene mal.


Ciñéndonos a la historia la elección de Annaud no es casual, teniendo en cuenta que uno de sus trabajos más reconocidos, El oso, o  Dos hermanos, nos mostraban la vida de unos animales (oso y tigres) desde su propio punto de vista, más en el caso de El oso que en la otra producción. En ese aspecto El último lobo, basada en una novela autobiográfica, se inclina más de la narrativa de Dos hermanos, teniendo al personaje humano como eje de la trama y al animal en un papel más secundario por decirlo así, como catalizador de cierta parte de la trama pero sin el protagonismo absoluto que podría pensarse en un principio al compararla con aquella. Ambientada en la Revolución Cultural, dos jóvenes estudiantes son enviados desde Pekín a Mongolia Interior para enseñar a los pastores pero pronto son imbuidos del espíritu de los mongoles aprendiendo ellos sobre esa vida teniendo uno de ellos una especial (y nunca bien explotad) relación con un lobo al que cría tras salvar su vida de las matanzas contra ellos.

Ignoro si el montaje que nos ha llegado a España es el mismo que ha sido estrenado en China, y aunque inocuo si hay algunos pequeños detalles que podrían resultar incómodos al gobierno chino pudiendo ser suavizados o directamente eliminados.  Entre ellos se encuentran pequeñas críticas a los funcionarios locales y sus prácticas oscuras y corruptas, expropiación de tierras sin compensación o nula sensibilidad hacia la naturaleza, solo vista esta por parte de los habitantes locales de etnia mongol. Sea como fuere todo pasa de puntillas y no representa más que puntos anecdóticos dentro de la trama

 

Al final sentimos cierta decepción por el devenir de la historia máxime teniendo en cuenta que de haber seguido la senda emprendida en su película tótem hubieramos tenido una historia mucho más interesante constreñida esta por tener que servir de vehículo a un documento previo, en este caso la novela. Aún así aprueba, se deja ver con bastanta agrado en alguno de los segmentos y por encima de todo esas estepas de la Mongolia Interior china y unos animales salvajes galopando al viento. de ritmo pero que al menos entretiene y hace pasar el rato.

miércoles, 8 de abril de 2015

Reseña: LA CASA DEL TEJADO ROJO

Estreno en España el 10 de abril


El veterano Yoji Yamada tiene el honor de ser uno de los directores japoneses que más películas estrenan en nuestro país, sea en cine (cinco hasta la fecha si mis cálculos son correctos) o en formato doméstico. Desde El ocaso del samurái hace una década tan solo una de sus películas (si no me equivoco Otōto) está inédita en nuestro país.


A caballo entre dos épocas y focalizada en los años previos y en plena Segunda Guerra Mundial, si una cosa hay que agradecer al director nipón es cierta mirada que incomodará a algunas personas y es, a través de la visión de diferentes personajes, la naturaleza del conflicto y el no querer afirmar que todo era blanco o negro. Ahí es donde se encuentran los puntos de mayor interés pues son tan extrapolables a los personajes que sufren verdaderos conflictos entre ellos y sus amores imposibles, correspondidos o no, fugaces o eternos.

 El principal problema de la película radica en su posicionamiento folletinesco, un melodrama alargado y repetitivo, carente de una tensión real y con la química poco conseguida. Es mucho más potente la escena del roce de las manos entre la criada y la señora que todos los momentos que comparten la señora y su amante, demasiado forzados. Podría afirmar que la sutilidad respecto al lesbianismo inherente en el personaje central de la película explotado en esa escena de tensión sexual entre ella y la amiga de su señora juega su favor pero creo que es al contrario, puede que por la visión de la sociedad japonesa sobre las diferentes tendencias sexuales, que no podría afirmar con seguridad, lo que perjudica a un personaje no bien dibujado y con demasiadas lagunas para que se pueda considerar del todo logrado.


Probablemente en manos de otro director menos experimentado y menos gusto por los detalles la película perdería muchos enteros, puesto que en el aspecto técnico es todo impecable, desde la ambientación, los encuadres, hecho que se eleva con ese fantástico plano secuencia que a la postre se revela como la escena más crucial de toda la película. Una decepción viniendo de quien viene pero digna de ver en definitiva.

Reseña: AGUAS TRANQUILAS

Estreno en España el 10 de abril


18 años después de convertirse en la cineasta más joven en conseguir la Caméra d'Or del Festival de Cannes, Naomi Kawase es una de las autoras japonesas más reconocidas a nivel mundial, al menos en el ámbito cinéfilo más autoral y festivalero. Aguas tranquilas es su segunda película estrenada en España tras El bosque del luto, hace poco más de siete años. Ponerme a enumerar sus película sería superfluo y carente de toda lógica, puesto que esta historia ambientada en la isla de Amami es mi primera incursión en el cine de la japonesa no teniendo referencias previas (y propias) de su trabajo. 


El cine asiático, o parte del cine asiático más bien dicho tiene su tempo, su manera de contar las historias de una forma más pausada y etérea. Una manera de narrar las historias poética en ocasiones e irritante en otras, sea debido a factores culturales y manera de vivir o a razones religiosas y filosóficas. Eso se ha convertido en algunos momentos en un fraude, en una manera de vender las historias a un occidente que anhela seguir viendo esa misma narrativa una y otra vez y que algunas veces resulta vacua y carente de interés. Valga el hecho de no ser realmente aficionado a este tipo de cine, si bien no todo me resulta así sino más bien el prefabricado.
 
En esta ocasión si entro en la historia, alejada de un protagonista alejado de los parámetros más japoneses, por decirlo de alguna manera, rebelde irrespetuoso hacia su divorciada madre, con la que vive y a la que no perdona su presunto romance con un hombre de la zona. Y entre esa historia, otra que nace, su amor por una joven compañera de escuela pero a la que su propia inexperiencia y rencor hacia su madre le hace no disfrutar de los primeros escarceos del amor y el sexo. El camino que tendrá que recorrer de sufrimiento en un entorno cerrado, precioso hasta que llega el tifón y luego convertido en una celda cuasi tropical no es sino un reflejo de una herida abierta sin sanar.


Lamentablemente el nivel baja a mitad de la cinta, de nuevo lastrada por una duración alargada de preocupante tendencia, y acaba con un final menos satisfactorio de lo previsto pero que consigue aprobar con nota. Una buena manera de entrar al universo de la directora.