domingo, 23 de octubre de 2016

Crónica Festival de Cine Fantástico de Sitges 2016 - 2ª parte

Continuo con las crónicas de Sitges 2016 con la segunda crónica dedicada al cine asiático visto en el festival:

De Malasia, un país no muy prolífico en el certamen, nos llegó Interchange, una historia de asesinatos rituales bastante localista. Ambientada en una Kuala Lumpur alejada de la imagen más glamurosa con estética importada de tantos y tantos thriller anteriores su trama confusa, tanto a causa de las diferencias culturales no muy bien explicadas, como de un manejo confuso de la cámara le restan muchos enteros. La "aparición" del hombre pájaro y el final acaban por lastrar una propuesta no falta de interés pero fallida.

Y de psicópata a psicópata. De Interchange a Psycho Raman. De Malasia a la India. Anurag Kashyap, quién ya tuvo su díptico Gangs of Wasseypur en Sitges, volvía con una adaptación peculiar de la vida de Raman Raghav, un asesino en serie que atemorizó Bombay (o Mumbai) en los años 60. Como explicó el propio director, ante la imposibilidad de hacer una película ambientada en aquella época decidió trasladar la historia a la actualidad y confrontar al psicópata protagonista con un policía de metodos no muy ortodoxos, amén de esnifar cocaina sin freno. Con un prólogo en el que nos presenta el origen de los crímines y de paso presentar a los personajes, Kashyap pasa a un desarrollo algo lento pero no exento de tensión. Alternando el protagonismo de ambos personajes, con una primeraparte de claro predominio por parte del asesino y una segunda por el policía, la recta final y el "reencuentro" de ambos acabará haciendo encajar las piezas correctamente.

Johnnie To es un clásico del festival desde hace ya muchos años, y en el que hemos podido ver el grueso de su filmografía, ya sea mediante estrenos o retrospectivas, como la que se le dedicó en el año 2005. Ahora nos llegaba su último trabajo, Three, un thriller algo diferente a sus clásicos pero con mucha garra y personalidad. Antes de la proyección se proyectó The Weaving of a Dream: Johnnie To's Vision and Craft, un documental / making-of dirigido por Ferris Lin, autor del fantástico Boundless, aproximación al director hongkonés y que tuvimos la fortuna de ver en las Nits de Cinema Oriental del pasado 2015. En este documental lo que vemos es el proceso creativo de Three, tanto a nivel de guión como de realización y si bien es interesante y didáctido dudo que lo adecuado fuera proyectarlo antes de la película. En todo caso y ciñéndonos a la película, todo transcurre entre las paredes de un hospital. Un delicuente ha sido trasladado tras un tiroteo entre la policía y su banda mientras el agente que le custodia (junto con su equipo) deberá  hacer frente a una doctora de grandes convicciones morales mientras intenta averiguar dónde se esconden los demás miembros de la banda. Como es habitual en el cine de To las miradas y la puesta en escena nos transportan dentro de la pantalla. Desde luego no es de las mejores del cineasta hongkonés pero si está por encima de la media de las producciones actuales de su ciudad de origen.

El cine coreano basado en la actualidad nos suele traer críticas sobre la corrupción, las grandes multinacionales, la situación laboral, etc. etc... dentro de thrillers o dramas principalmente. The Tunnel no iba a ser menos y aunque en general es una película de catástrofes en la que un terremoto atrapa a un hombre dentro de un tunel, aprovecha para hacer una crítica contra las construcciones de escasa calidad, la poca empatía de parte de la población y el aprovechamiento de los políticos. Desde luego la profundidad de su crítica no es enorme y el grueso es el drama humano y los (muy buenos) efectos que consigue. Una película para pasar un buen rato pero de no mucho recorrido por la memoria del cinéfilo.

A raíz de Merantau y, especialmente, por las dos entregas de The Raid, ko Uwais se ha convertido en uno de los actores de cine de acción más cotizados en Indonesia y en Asia. En esta ocasión cambia a Gareth Evans por los Mo Brothers y se aleja de la obra de éste, aunque conservando los rasgos del cine de acción. Uwais en esta cinta es el integrante de una banda criminal que ha perdido la memoria lo que provoca que su antigua banda lo busque para ajustar cuentas. Con la ayuda de una bella doctora intenta sobrevivir pero la confrontación resultará inevitable. Como ya había apuntado ni la trama ni la acción tienen nada que ver con The Raid a pesar de que algún espectador le sacará el parecido (por eso de estar Uwais en medio). A pesar de su guión muy justito, la acción espectacular y el saber estar de sus intérpretes consiguen un producto de acción muy digno. Y hoy en día escasean.

¿Qué podía salir mal al combinar dos iconos del cine de terror japonés contemporáneo como Sako y Kayako? Pues muchas cosas, sí. Y eso es lo que corroborámos al salir de la proyección. Obviando el hecho de que tan solo en la recta final asistimos a una descafeinada confrontación entre las dos fantasmas el resto de la cinta no es que nos ofrezca ni terror ni diversión, tan sólo un par de escenas cómicas aceptables y ya está. Pasándose un poco la mitología por dónde les apetece, Sadako vs Kayako no funciona y queda tan sólo como un recordatorio de que el tiempo pasado fue mejor. Quizás realizada en la época de mayor popularidad del género y con alguien más competente a los mandos hubiera funcionado. Quién sabe.

En la época de los mockumentaries o falsos documentales en los en que prácticamente todos los países han aportado su granito de arena no podía faltar un producto indio con ésta premisa. Un equipo de grabación se encuentra realizando un documental sobre un conductor de rickshaw, pero a medida que va conociendo al tipo se va dando cuenta de que algo va mal y se verán metidos en una espiral de locura. Realizada con muy poco presupuesto lo más positivo que podemos decir de Autohead es que se aparta de los falsos documentales al uso y si bien utiliza sus mismas armas, esta separación consigue dotarlo de personalidad y salir airosa con respecto a otras propuestas basadas en el susto fácil o en los giros imposibles de guión. Eso y tener a un Deepak Sampat extraordinario en su papel.

La última película asiática que vi en Sitges, The Mermaid, pasó por ser la más divertida, lo que no era algo difícil sabiendo que Stephen Chow estaba detrás de ella. Película que además tiene el honor de haberse convertido en la más taquillera de la historia de China. Fantasiosa, romántica y sobre todo muy loca, lógico por otra parte, tiene alguno de los momentos más descacharrántes vividos en el festival, como por ejemplo el prólogo o el momento del retrato robot de la sirena por parte de la policía. Un auténtico disfrute que nos transportaba a tiempos pasados. Eso sí, no apto para todos los paladares y en especial a los reacios al mo lei tau, aquí trasladado a la China continental. Y como colofón, el homenaje a la banda sonora de Fist of Fury / Furia oriental que aquí también ejerce como tema principal.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Crónica Festival de Cine Fantástico de Sitges 2016 - 1ª parte


Sitges 2016 ya es historia y nos encaminamos al flamante cincuenta aniversario del año que viene, con Drácula como uno de los protagonistas del certamen. Esta 49º edición además ha tenido una serie de flamantes invitados como las ya leyendas del cine Max Von Sydow, Paul Schrader y Christopher Walken o mítos del fantástico y la acción como Bruce Campbell, Barbara Crampton o Dolph Lundgren entre muchos otros. También, como en cada edición, han venido invitados asiáticos de renombre como Dante Lam, Bae Doona o Takashi Miike, que aprovecha para rodar su nueva película en la villa catalana, por citar algunos.

En cuanto a las películas mi balance ha sido prácticamente similar al del año anterior; 45 películas vistas, siendo 3 de ellas de animación y 3 documentales (2 de ellos mediometrajes). Centrándonos en las películas asiáticas, han sido 17 las vistas con Japón a la cabeza con 5 películas, seguida de Corea del Sur con 4.

Top-16 (con 7 o más de puntuación):
  1 - The Handmaiden
  2 - Arrival
  3 - Hell or High Water
  4 - The Wailing
  5 - Under the Shadow
  6 - Swiss Army Man
  7 - Que Dios nos perdone
  8 - Shin Godzilla
  9 - Three
10 - Beyond the Gates
11 - The Age of Shadows
12 - Pyscho Raman
13 - Headshot
14 - The Mermaid
15 - Operation Avalanche
16 - 31

En las dos primeras crónicas reseñaré las cintas asiáticas, 18 en total, que pude ver en el festival, por orden cronológico:

 
 El segundo día de festival comenzaban las proyecciones asiáticas para un servidor, ausente el primer día casi en su totalidad por compromisos laborales. La primera elegida fue Shin Godzilla, una actualización del mítico monstruo gigante a raíz de su rehabilitación internacional con la producción estadounidense de hace dos años. En esta ocasión la película se muestra como un ejemplo de lo que pasaría si un monstruo gigante apareciera de repente en Japón y las consecuencias que ello acarrearía, especialmente desde el punto de vista político. La película no está exenta de crítica hacia los estamentos burocráticos y su incapacidad de hacer frente a situaciones límite. Pero no hay que asustarse, porque aunque se base más en los diálogos que en la acción, ésta no falta sobre todo en una parte final soberbia. Un buen modo de reiniciar la franquicia sin perder el espíritu de la misma.

Kim Jee-woon es uno de los directores coreanos más importantes de la actualidad que incluso ha dado el salto a Hollywood para dirigir a Schwarzenegger. Pero no hay que olvidar que su filomgrafía coreana es impresionante con éxitos como 2 hermanas (A Tale of Two Sisters) y la espectacular Encontré al diablo (I Saw the Devil). Ahora Kim nos lleva a la Corea ocupada por los japoneses, tema recurrente en gran parte de la producción coreana reciente y nos ofrece, más allá de lecturas políticas, un intenso thriller que pese a un pequeño aletargamiento en su parte central acaba explotando en la escena del tren, ejemplo de planificación al detalle.

Siguiendo con el cine coreano nos dirigimos a ver The Wailing, de un Na Hong-jin qué, a pesar de su corta filmografía, se revalida como un director de grandes hechuras. Aquí y a través de un policía semifracasado que se ve inmerso en una historia de asesinatos, posesiones, rituales y personajes oscuros nos habla de la religión, budismo y cristianismo, la ignorancia o el miedo y aversión a lo extranjero, encarnado por el ambiguo personaje japonés. Una trama en la que nada es lo que parece y que se ve beneficiada por un ejemplar uso de la banda sonora. Una película para volver a ver varias veces y conseguir descifrar sus simbolismos. 

La siguiente película nos lleva a revisar un hecho real; el asesinato de unos pescadores de nacionalidad china en el río Mekong. El gobierno del gigante asiático, con la ayuda de los de Tailandia, Laos y Myanmar, envía un comando de élite para buscar a los responsables y llevarlos a la justicia. Dante Lam, uno de los nombres más importantes del cine de acción hongkonés nos transporta en Operation Mekong, a este peligroso triangulo dorado y cuna del narcotráfico en el Sudeste Asiático, con una vibrante acción empañada por el uso de unos efectos digitales de no gran calidad. Mucho mejor en su primera mitad que no en la segunda, la película consigue su objetivo que no es otro que el de entretener.

Si el año pasado Sitges se enorgullecía de presentar en primicia mundial I am a Hero, basada en un exitoso manga, este año ocurría lo mismo con Museum, lo que elevaba las ganas de verla. Pero lamentablemente todo lo que pasaba con la estrenada el año pasado, una grata sorpresa, no ocurría con la de este año, un auténtico aburrimiento que comienza interesante con un villano misterioso pero que muy pronto revela su identidad y no puede ser más burdo lo que ocurre a continuación, siguiendo a pies juntillas el manual del psicópata de cine, convenientemente sobreactuado para enfatizar el desastre. Poca chicha para mucho bombo.

Y de psicópatas iba la cosa, porque la siguiente cinta asiática, el día después, sería Creepy, el regreso de Kiyoshi Kurosawa al thriller tocaba el mismo tema. Un policía, ahora reconvertido en profesor, tras un luctuoso suceso ocurrido tiempo atrás, intenta resolver unos asesinatos que no quedaron bien cerrados. Todo ello mientras se muda a un nuevo hogar y sus escarceos con un vecino extraño de humor cambiante y con el que su esposa tendrá un peligroso acercamiento. Kurosawa aparta vigor en su narración, pero de nuevo cuando todo se descubre comienza un paulatino bajón del que no llega a recuperarse del todo, quedando una película curiosa pero insuficiente para un director de su calibre. Algo decepcionante.

Este año el festival traía el regreso de varios pesos pesados, y uno de ellos era el gran Park Chan-wook del que siempre recordaré como me dejó la piel de gallina en el pase de Sitges de Oldboy. Tras su periplo occidental con Stoker volvía a su tierra natal con The Handmaiden, un regreso a los origines y a su seminal trilogía de la venganza. De nuevo, como The Age of Shadows, enviándonos a la Corea ocupada por los japoneses. Una joven ladrona profesional entra a trabajar como doncella en el hogar de una joven noble japonesa y su tío, un coreano asimilado. Poco a poco su objetivo de hacerse con la fortuna de la joven, junto con su aliado, otro ladrón y estafador que adopta la indentidad de un conde japonés, va cambiando por las circunstancias y su acercamiento a la joven. A partir de ese momento las intrigas y los juegos cruzados van sucediéndose a lo largo de las dos horas y media de metraje divididas, que no se hacen pesadas, en tres partes. Una película maravillosa de la que es mejor no destripar nada pero que consigue encajar a la perfección y plantea varias de las escenas de erotismo más bellas vistas en pantalla. Mucho se ha hablado del posicionamiento feminista o machista de The Handmaiden, dependiendo del lugar de proyección (Cannes o Sitges) o de la persona que la ve, pero en mi opinión Park Chan-wook está por encima de todo ello y solo juega con nosotros como con los personajes de la película.

Cambiando de tercio me dirigí a ver la nueva película de Makoto Shinkai, Your Name, ya aclamada en el Festival de San Sebastián. Mi primer acercamiento al director japonés de anime, uno de los más reconocidos a escala internacional, fue algo agridulce. Por un lado su originalidad fuera de toda duda y su apabullante imaginario visual son dignos de alabar, fuera de toda duda. Pero en cuanto a su narrativa, comienza a fallar en el último tercio volviéndose mucho menos agil que al principio y su estilo naif y almibarado se me antoja muy poco adecuado. Interesante sin más.

De Irán llegaba A Dragon Arrives!, una historia ambientada en 1965, años antes de que los islamistas se hicieran con el poder tras la Revolución de 1979. Mezclando el tono documental con el ficcionado, la película, que había cosechado muy buenas críticas, se convierte en una mezcla de ideas interesantes pero mal conjuntadas y con una cierta autocomplacencia más enfocada a agradar a los festivales de cine internacionales que a hilvanar algo con sentido. En resumen un film de imágenes bellas pero aburrida e inocua.

Continuará...