Nuestra primera aproximación a Sion Sono, uno de los directores de culto japoneses más inclasificables, ha sido con una de sus últimas obras, Cold Fish. El cineasta japonés, que dispone de dos películas editadas en nuestro país en DVD, Suicide Club y la monumental, por sus casi cuatro horas de duración, Love Exposure, no suele dejar indiferente en sus propuestas y en ésta misma va por esos derroteros.
El principio de la película, la cual se halla dentro del sello extremo Sushi Typhoon, no nos hace entrever el desarrollo de la misma, tan solo nos da detalles inquietantes que a medida que se desarrolla la trama se hacen más patentes. Pese a su duración, de dos horas y media, la gran virtud de la película es no acusar esa duración, aún cuando un metraje menor no hubiera hecho daño habida cuenta de algunas partes prescindibles de la propuesta.
Shamoto es el apocado dueño de una tienda de peces. Casado con Taeko, su segunda esposa, con la que no tiene una relación fluida, y padre de Mitsuko, una joven que lo odia. Mitsuko se mete en un lío y solo la ayuda de Murata consigue sacarla del embrollo. Dueño de una tienda mucho más grande que Shamoto, Murata se ofrece a emplear a la chica para que deje sus malos hábitos. Pero lo que Shamoto no sabe es que esa será la peor decisión de toda su vida.
Como ya he afirmado anteriormente, Cold Fish es una película en la que la trama va in crescendo. Después de un inicio cercano al manido argumento de una familia desestructurada, que lo es por otra parte, tras la aparición de Murata, y posteriormente de su mujer, las situaciones rocambolescas se van sucediendo, con un Shamoto completamente desubicado e incapaz de decir no, dada su manifiesta cobardía. Un personaje que llega a resultar patético y triste viendo la clase de vida vacía que tiene, una mujer con la que prácticamente no se habla y una hija que lo detesta. Pero todo tiene un límite y esa evolución del personaje central será la que domine la película, influenciada por Murata, un carismático e inquietante personaje que obliga a Shamoto a ayudarle en sus asesinatos. Afortunadamente la evolución es creíble, volviendo del revés el mundo de Shamoto, y haciendo que poco a poco, por lo dilatado de su metraje, nos lleve a una última media hora excesiva a todas luces pero vital para demostrar una máxima, y es que hay que soltarse y dejarse llevar de vez en cuando, sino pasa lo que pasa. Eso sí, tampoco es normal encontrarse un psicópata todos los días.
El principio de la película, la cual se halla dentro del sello extremo Sushi Typhoon, no nos hace entrever el desarrollo de la misma, tan solo nos da detalles inquietantes que a medida que se desarrolla la trama se hacen más patentes. Pese a su duración, de dos horas y media, la gran virtud de la película es no acusar esa duración, aún cuando un metraje menor no hubiera hecho daño habida cuenta de algunas partes prescindibles de la propuesta.
Shamoto es el apocado dueño de una tienda de peces. Casado con Taeko, su segunda esposa, con la que no tiene una relación fluida, y padre de Mitsuko, una joven que lo odia. Mitsuko se mete en un lío y solo la ayuda de Murata consigue sacarla del embrollo. Dueño de una tienda mucho más grande que Shamoto, Murata se ofrece a emplear a la chica para que deje sus malos hábitos. Pero lo que Shamoto no sabe es que esa será la peor decisión de toda su vida.
Como ya he afirmado anteriormente, Cold Fish es una película en la que la trama va in crescendo. Después de un inicio cercano al manido argumento de una familia desestructurada, que lo es por otra parte, tras la aparición de Murata, y posteriormente de su mujer, las situaciones rocambolescas se van sucediendo, con un Shamoto completamente desubicado e incapaz de decir no, dada su manifiesta cobardía. Un personaje que llega a resultar patético y triste viendo la clase de vida vacía que tiene, una mujer con la que prácticamente no se habla y una hija que lo detesta. Pero todo tiene un límite y esa evolución del personaje central será la que domine la película, influenciada por Murata, un carismático e inquietante personaje que obliga a Shamoto a ayudarle en sus asesinatos. Afortunadamente la evolución es creíble, volviendo del revés el mundo de Shamoto, y haciendo que poco a poco, por lo dilatado de su metraje, nos lleve a una última media hora excesiva a todas luces pero vital para demostrar una máxima, y es que hay que soltarse y dejarse llevar de vez en cuando, sino pasa lo que pasa. Eso sí, tampoco es normal encontrarse un psicópata todos los días.
De todas formas, queda claro que no es plato para todos los paladares ya que en varios momentos, y tratándose de una propuesta extrema es algo normal, el gore y alguna que otra escena subida de tono aparecen en pantalla y puede provocar cierto rechazo del espectador. Bien es cierto que hay otras películas de este tipo más "fuertes", pero aún así es un factor que puede decantar la balanza. En suma, no deja de ser una interesante película, no tan preocupada en solo impactar sino que cuenta una historia interesante y bien llevada, sobrando en especial la sobreactuación de alguno de los personajes principales, en concreto los de Murata y su mujer, una constante en algunos interpretes japoneses, que en este caso concreto logran sacan en algunos momentos de la película.
3 comentarios:
He llegado hasta este blog buscando información de esta película que no pude ver en Sitges y me encuentro con que hace solo 3 dias se ha proyectao en Barcelona.. no me lo puedo creer :(
Hace tiempo que vi Love Exposure y es increible como una película tan larga te puede mantener tan enganchado..
Ahora mismo creo una alarma con las palabras Barcelona+coldfish para que no me la vuelva a perder :)
No conocia este blog.. a mis favoritos que va.
Pues estoy casi al 100% de acuerdo en tu valortación. Intentaré ver Love exposure a ver que tal. Un abrazo.
xavitron: Sí, se han dado dos pases en este festival. Una pena, espero que si la vuelven a poner en Barcelona no te quedes sin verla.
Muchas gracias por tus palabras y bienvenido al blog.
David: Yo también tengo interés en Love Exposure, pero siempre me frena su larga duración. Habrá que sacar tiempo y hacer un esfuerzo.
Un abrazo.
Publicar un comentario