La semana pasada pudimos asistir en el Festival de Cine de San Sebastián al pase de la esperada y polémica película surcoreana I Saw the Devil.
Llegados a este punto habría que aclarar qué I Saw the devil no es la película más gore y violenta (sí, hay gore en su metraje) que su puede uno echar a la cara, pero sí que no todos los públicos pueden disfrutar de ella por igual... de hecho, las deserciones en la sala fueron importantes, si bien hubo mucha más gente que aguantó que la que se fue. Bien es cierto, añado, que algunos de los golpes si llegan a doler incluso al espectador más acostumbrado.
La película cuenta, básicamente, la historia de una venganza, entre un hombre, Lee Byung-hun (en su tercera colaboración seguida con el director) y el asesino de su prometida, un psicópata encarnado por Choi Min-sik (con un guiño a su papel en Old Boy) que disfruta mutilando a sus victimas. Poderoso es el inicio del film, cuando Choi encuentra a la muchacha esperando la grúa, ofreciendo su ayuda, rechazada y es en ese momento impactante -a mi al menos me impactó-, cuando sabes que la película va a ir por un sendero duro.
A partir de ahí, y tras unos momentos en los que se establecen las premisas sobre las que girará el desarrollo de la película, una montaña rusa, con Lee Byung-hun persiguiendo sin descanso a un Choi abrumado, que pasa de ser el perseguidor al perseguido, sin saber cual es la razón de este infatigable hombre, no termina de matarlo, le deja marchar una y otra vez y siempre vuelve a torturarle, tanto física como mentalmente en un juego del gato y el ratón asfixiante.
A partir de ahí, y tras unos momentos en los que se establecen las premisas sobre las que girará el desarrollo de la película, una montaña rusa, con Lee Byung-hun persiguiendo sin descanso a un Choi abrumado, que pasa de ser el perseguidor al perseguido, sin saber cual es la razón de este infatigable hombre, no termina de matarlo, le deja marchar una y otra vez y siempre vuelve a torturarle, tanto física como mentalmente en un juego del gato y el ratón asfixiante.
Kim Ji-woon es uno de los directores más en forma del cine asiático en los últimos tiempos, conocido sobre todo por sus tres películas anteriores: 2 hermanas, A Bittersweet Life, El bueno, el malo y el raro (de próxima salida en dvd en España). Garantía de una gran solvencia artística ( a pesar de la para mi fallida El bueno, el malo y el raro), en esta película goza de un virtuosismo técnico impecable, sabe donde poner la cámara y cuando ponerla. Y crea esa sensación de desasosiego ante determinadas escenas: el ya comentado principio bajo la noche nevada, la situación en el taxi o la cena en la casa en la que viven el amigo -también psicópata- de Kyung-chul (Choi Min-sik) y su pareja entre otras escenas.
En el plano interpretativo la cinta presenta un duelo interesante entre Lee Byung-hun y Choi Min-sik, dos grandes y reconocidos intérpretes surcoreanos que llevan el peso de la película prácticamente en su totalidad. La evolución de ambos, Lee convirtiéndose en un autentico ser vengativo sin ningún remordimiento por lo que va a hacer, y Choi, pasando de ser el depredador a convertirse en la presa, pero una presa que va a dar mucha guerra, es en todo momento coherente y creíble, adquiriendo los personajes unos matices muy bien definidos. Sin duda, mucha culpa de ello es un guión sin fisuras que dota de una personalidad convincente tanto a los dos protagonistas como al resto de personajes que desfilan por esta película, impactante y poderosa en su ejecución, con varios giros argumentales impactantes y de los qué mejor no dar cuenta aquí para preservar la sorpresa al ver la película.
Afortunadamente, en el próximo Festival de Sitges que comienza en unas semanas se podrá disfrutar también de ésta I Saw the Devil, y también en su versión íntegra - recordemos qué ha sido aligerada de metraje para su estreno en cines en Corea del Sur aunque desconozco hasta que punto-. Sólo me queda recomendar encarecidamente a todo amante de cine asiático que haga un hueco para verla... eso sí, si tiene un estómago fuerte. Y ya para terminar, me hago eco del anuncio de que Kim Ji-woon llegará a Hollywood con Last Stand, un thriller de acción sobre el tráfico de drogas en la frontera entre Estados Unidos y México. Esperemos que le vaya bien en su aventura americana, pero dudo mucho qué tenga la libertad creativa de la que dispone en su Corea natal.
En el plano interpretativo la cinta presenta un duelo interesante entre Lee Byung-hun y Choi Min-sik, dos grandes y reconocidos intérpretes surcoreanos que llevan el peso de la película prácticamente en su totalidad. La evolución de ambos, Lee convirtiéndose en un autentico ser vengativo sin ningún remordimiento por lo que va a hacer, y Choi, pasando de ser el depredador a convertirse en la presa, pero una presa que va a dar mucha guerra, es en todo momento coherente y creíble, adquiriendo los personajes unos matices muy bien definidos. Sin duda, mucha culpa de ello es un guión sin fisuras que dota de una personalidad convincente tanto a los dos protagonistas como al resto de personajes que desfilan por esta película, impactante y poderosa en su ejecución, con varios giros argumentales impactantes y de los qué mejor no dar cuenta aquí para preservar la sorpresa al ver la película.
Afortunadamente, en el próximo Festival de Sitges que comienza en unas semanas se podrá disfrutar también de ésta I Saw the Devil, y también en su versión íntegra - recordemos qué ha sido aligerada de metraje para su estreno en cines en Corea del Sur aunque desconozco hasta que punto-. Sólo me queda recomendar encarecidamente a todo amante de cine asiático que haga un hueco para verla... eso sí, si tiene un estómago fuerte. Y ya para terminar, me hago eco del anuncio de que Kim Ji-woon llegará a Hollywood con Last Stand, un thriller de acción sobre el tráfico de drogas en la frontera entre Estados Unidos y México. Esperemos que le vaya bien en su aventura americana, pero dudo mucho qué tenga la libertad creativa de la que dispone en su Corea natal.
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